Hoy escribiré sobre la palabra “amistad”. Éste es un vocablo que está lleno de significado. Los amigos los eliges o te eligen, y llegan a formar algo alrededor de ti, que no es explicable, pero que se siente profundamente y que llega a ser similar a una familia que has tenido la fortuna de que se te haya regalado. Claro está, al margen del cálido, único, e irrompible lazo de la sangre, en el que se nace, y nacen de uno mismo con los que se unen por amor.
Por otro lado y de manera semejante, el amigo, con sus virtudes y sus defectos, transmite también algo grande que conmueve el corazón al formar parte de tu vida para siempre, cerca o lejos, en los mejores y en los peores momentos. No importa no verse cada día, ni renovar lo que une, porque su base es el apoyo, la generosidad desinteresada, pero sobre todo la lealtad. Un amigo siempre será leal aunque pierda a otros seres que también quiere, pero precisamente ese es su mayor valor, porque aquellos a quienes puede perder, sabrán en conciencia, que quien es leal con el otro, es en quien se puede confiar lo más personal, aún sin ser amigo, o no sentirse así. Pero el cariño y la amistad también merecen el reconocimiento de quienes tienen la suerte de contar con ellos.
Aquí, permítanme mis queridos lectores, que por una vez y sin que sirva de precedente, yo haga un pequeño homenaje a mis muy queridos Carmen Fernández y Paco González, espléndidos anfitriones que demuestran su amistad sin reservas, en todo momento cuando se les necesita, sin importarles incluso el sacrificio que tengan que hacer. Al igual que toda su extensa familia a la que creo que puedo considerar un tanto mía. A través de esta suerte conocí al doctor Fernando Cuña, quien pasó a formar parte de los más especiales y cercanos para mí. Estupendo profesional, sencillo y altruista, siempre dispuesto a ayudar en todo aquello que se le pida. Quien esto escribe da fe de ello y por mi parte le estoy muy agradecida. Y es que la amistad no tiene nada que ver con lo material, pero sí con experiencias vitales enriquecedoras y válidas.
Tener amigos a quien quieras y que te quieran, ayuda a vivir, a tener una visión positiva de las cosas y a tener fe en las personas. Como escribió el gran filosofo y político inglés, Sir Francis Bacon, “La amistad duplica las alegrías y divide las angustias por la mitad”.
