Hacer cálculos de como sería el Parlamento español si se extrapolaran los resultados de las elecciones del domingo puede ser divertido, pero en el fondo carece de todo sentido, porque desde siempre se sabe que el comportamiento electoral ante el Parlamento Europeo no se corresponde con el que se aprecia cuando se trata de decidir el gobierno de España. Pero eso no quiere decir que no ha ocurrido nada. Por que sí que ha ocurrido y van a seguir sucediendo cosas que si no se analizan con mesura y se actúa con energía pueden acabar siendo muy serias.
Un cantidad ingente de votos de la derecha se ha quedado en casa. El Partido Popular, en términos comparados con las elecciones europeas, ha perdido seis millones de votos. Y las opciones alternativas a ese PP, como es el caso de Vox, y en menor medida de Ciudadanos, no han funcionado. Da igual que desde el Partido Popular se trate de minimizar las consecuencias. La verdad es la verdad. Ha ocurrido y punto. Pero no punto final, sino punto y seguido, porque la cuestión es: ¿y ahora qué? ¿Se puede recuperar ese voto? ¿Haciendo qué? ¿Confiando solo en la recuperación económica?.
La recuperación económica es un hecho. Débil, temblorosa, incipiente, pero como dice el FMI parece que va a continuar, sobre todo si , como predica en el reciente documento elaborado sobre España, se pone el acento en la rentabilidad de las empresas y se aborda con claridad el problema de la deuda financiera que asfixia a empresas que son económicamente viables. Por eso predica una actuación conjunta de todos los acreedores, incluido Hacienda y Seguridad Social, para una reestructuración conjunta de esa deuda que permita a las empresa viables seguir subsistiendo y creando trabajo.
Eso está muy bien, pero no es todo. La mejor prueba es que los secesionistas catalanes, al ver la debilidad del apoyo del Gobierno, se han apresurado a sacar mas pecho todavía y Junqueras se atreve a decir que la República Catalana será un hecho en 2016, añadiendo que la Cataluña independiente puede “ayudar” mejor a España…Supongo que dirá algo así: si con diez millones de votos y todo el poder en España, Rajoy no se ha atrevido a atajar por Derecho la secesión catalana, ahora, con un PP muy debilitado, tendrá todavía menos energías para actuar de frente. Posiblemente no se equivoquen.
Desde el Gobierno parece que se confía en que “Europa” nos ayude. Pero, ¿qué es “Europa” después de las elecciones del domingo? Francia e Inglaterra han visto como dos partidos consiguen ser los mas votados, solicitando precisamente salir o no entrar en el euro y modificar profundamente esta Unión Política Europea. También con mucha fuerza aparece este planteamiento en Italia, Alemania, Holanda, Dinamarca, Suecia, Hungría… Y, adicionalmente, la abstención es cercana al 60 por ciento. ¿Se puede confiar en una superestructura en cuyo seno tiene una constatación tan potente? Ha sufrido la Unión Política un golpe muy serio. Y si Cameron convoca un Referéndum en 2017 para decidir si Inglaterra sigue en la UE, podemos estar ante un momento traumático.
¿Confiar en esa UE para solventar problemas de secesión interna española? Ingenuidad supina. Rajoy dijo que España no era libre para solventar sus problemas porque estaba vinculada por la UE. ¿Vinculados por una organización tan contestada interiormente? ¿Vinculados por algo de futuro incierto? ¿Cómo es posible que todavía se reclame ceder mas soberanía a una organización que parece muy tocada en su fundamento? ¿Por qué en España no ha aparecido con fuerza un partido mínimamente critico con la UE? ¿Papanatismo histórico del español?
Por si fuera poco aparece Podemos que nace del proceso de demolición de las clases medias y del foco de pobreza. Se soporta en un voto desesperado por el presente y falta de futuro y enrabiado contra el sistema financiero y los políticos que dicen están a sus órdenes. Sus propuestas son en muchos casos simplemente irrealizables. Pero no se votó a su programa sino por la indignación se produce la situación a la que nos han traído. Y cuidado porque esa indignación no se calma de la noche a la mañana.
Del domingo sale un país complicado, en una Europa complicada, con un gobierno debilitado y una oposición destrozada.
