Opinión

Cribado del cáncer

Los programas de cribado del cáncer constituyen un éxito de la medicina moderna. Su objetivo es el diagnóstico precoz de diferentes patologías malignas para instaurar lo antes posible los tratamientos que posibiliten su curación e incrementen la supervivencia de los pacientes. Están destinados a la población que no presenta síntomas. Los primeros programas de detección precoz se fijaron en el cuello uterino y la mama. En el primero de los casos, mediante el análisis de las células descamabas a partir del epitelio que recubre el cuello del útero. En nuestro país funciona exitosamente desde hace décadas, habiendo demostrado la disminución de la mortalidad en las mujeres españolas. 

En este tiempo, el protocolo se ha ido modificando según las evidencias clínicas, sobre todo desde el descubrimiento de la implicación del virus del papiloma humano (VPH) en la génesis de esta neoplasia, combinando la realización de las clásicas citologías con la determinación del VPH de alto riesgo, según la edad de la mujer. Si todas las usuarias de nuestro sistema nacional de salud, con edades comprendidas entre 25 y 65 años, se sometieran periódicamente a este tipo de cribado, dicha patología podría incluso desaparecer en el futuro. La accesibilidad del cuello uterino y la sencillez de la toma de muestras permiten que esta prevención pueda desarrollarse en los centros de salud de atención primaria. Respecto al cáncer de mama, la mamografía programada es la prueba de elección. En España, este programa funciona desde 1990, habiendo demostrado también la disminución de la mortalidad de las mujeres. Las mamografías se realizan en dispositivos especializados, y se ofertan a todas las usuarias de nuestro sistema nacional de salud con edades comprendidas entre los 50 y los 69 años, con un intervalo de 2 años entre las exploraciones. 

Posteriormente se puso en marcha el programa de cribado del cáncer de colon y recto, destinado a personas sin antecedentes personales ni familiares de cáncer o pólipos intestinales. Su complejidad se sitúa entre la detección precoz del cáncer de cuello uterino y de mama, pues este cribado se inicia a los 50 años mediante el análisis de una muestra de heces en la búsqueda de sangre oculta, procedimiento muy sencillo y que puede realizar el propio usuario. En el caso de que esta prueba resulte positiva, el paciente deberá someterse a una colonoscopia, en la mayoría de los casos negativa para el cáncer, permitiendo en muchos otros la detección y extirpación ambulatoria de lesiones benignas o en riesgo de malignización. Respecto al cáncer de pulmón, el 4º más frecuente en España, pero el más letal, causante del 20% de todas las muertes por cáncer, los expertos demandan la puesta en marcha de un programa de cribado específico mediante el proyecto CASSANDRA, combinando la prevención primaria (deshabituación tabáquica), con la secundaria, mediante el cribado específico en fumadores y personas de riesgo, como EPOC, enfisema e hiposa nocturna. El estudio italiano MILD demostró una reducción del 20% de la mortalidad global y un 39% en la mortalidad específica por cáncer de pulmón. Son datos similares a otros estudios europeos, que además demostraron que esta reducción en la mortalidad es todavía mayor en las mujeres.

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