Opinión

La gran oleada china

Hace ya un tiempo comentábamos nuestro anhelo: no tener que escribir nunca más sobre el coronavirus SARS-CoV2 y la covid-19. Aunque la pandemia que estamos padeciendo no parece tener fin, en estos meses anteriores parecía habernos dado un respiro, sobre todo en cuanto a sus datos más dramáticos, los de mortalidad. Sostiene Aloysius que el problema va por zonas, y que el resultado final se complica cada vez más debido a las diferentes medidas de prevención adoptadas por cada país, y si nos apuran, por cada continente. Por ejemplo, en los niveles de vacunación de sus prójimos más vulnerables. Y también, por el tipo de vacuna escogido para inmunizar a la población. Acabamos de enterarnos por los medios de comunicación de una noticia que como gallegos debería llenarnos de orgullo. Nuestra Comunidad Autónoma lidera el ranking nacional respecto a los porcentajes de personas mayores inmunizadas contra la covid-19 con la última dosis de refuerzo. Los expertos prefieren llamarla así, en lugar de la 4ª dosis, ya que en estas últimas vacunas los laboratorios fabricantes han introducido las modificaciones necesarias para incrementar nuestra inmunidad, considerando las nuevas variantes del coronavirus que más infecciones provocan a nivel mundial.

Recordemos que desde nuestros centros sanitarios se ha estado ofreciendo la vacunación simultánea contra las variantes estacionales de la gripe y el SARS-Cov-2. Virus éste muy escurridizo, por cierto, con una gran capacidad para mutar. De ahí su peligro. Afortunadamente, sus variantes circulantes entre nuestra población provocan ahora más contagios, aunque son menos virulentas. Lejos quedan ya los tiempos de las estadísticas diarias de infectados, hospitalizados y difuntos. Durante las últimas semanas del pasado otoño y las primeras de este invierno, la gripe y otras infecciones víricas respiratorias han relegado a la covid-19 a un plano secundario. Indudablemente, la campaña de vacunación antigripal 2022-2023, junto a la dosis de refuerzo contra la covid-19 en las personas mayores está recogiendo sus frutos.

En las consultas de atención primaria hemos atendido a muchos pacientes jóvenes, aparentemente sanos, con síntomas respiratorios provocados por los virus de la gripe y sus adláteres. Y mucho menos a personas mayores de 65 años por estas mismas patologías. El 72% de los gallegos entre 60 y 69 años está correctamente vacunado, porcentaje que asciende casi al 82% entre los 70 y los 79 años, y que culmina con el 86.5% en los mayores de 80 años. A estos datos hay que añadir la inmunidad natural adquirida por una parte importante de la población, tras haberse infectado sucesivamente durante las oleadas padecidas hasta hoy. Entonces ¿qué está ocurriendo en China? La política de covid cero llevada a cabo por su gobierno, con prolongados aislamientos masivos de su población, junto a los escasos porcentajes de inmunización de los más vulnerables y a las vacunas chinas, ciertamente menos efectivas, han provocado la tormenta epidemiológica perfecta. Las variantes allí prevalentes circulan desde hace tiempo por nuestros lares. Y además, si la mortalidad global por covid-19 oscila entre el 0,5-1%, calculen lo que puede ocurrir en el gigante asiático, donde se pueden contagiar más de 1.400 millones de almas.

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