Opinión

Médico viejo, médico joven

Como en tantas otras ocasiones, varias circunstancias concurren para que estas líneas puedan ver la luz y algún lector reparar en ellas. O eso esperamos. Mientras las escribimos, suenan los acordes de “Too Old to Rock´n´Roll: Too Young to Die!” (1976), el mítico tema de Jethro Tull que nos cuenta la historia del roquero Ray Lomas, alter ego de Ian Anderson, el polifacético líder de la famosa banda británica de rock progresivo que todavía colea desde finales de los 60. Como mi admirado Jaime Noguerol, este grupo musical también fue perseguido por la censura franquista, en este caso por alguno de sus temas y sus ajustadas mallas de corte medieval, en un concierto en Barcelona. Demasiados viejos para el rock and roll, demasiado jóvenes para morir.  Sostiene Aloysius que, visto lo visto, ya hemos empezado a convertirnos en clásicos, mayores o incluso viejos, según como lo miremos. 

El otro día, en Twitter, una simpática tuitera nos recomendaba una excelente película bélica que acaba de descubrir: “Apocalypse Now” (Francis Ford Coppola, 1979), una de las obras maestras cinematográficas del siglo XX. Se lo agradezco mucho, porque me ayudó a revivir aquellos inolvidables momentos, cuando me enfrenté por primera vez a una gran pantalla donde el napalm incendiaba una supuesta selva vietnamita (la película se rodó en las Filipinas del dictador Ferdinand Marcos) bajo el hipnótico fondo musical de “The End”, de The Doors. O aquellos helicópteros del 7º de Caballería volando en formación sobre una aldea controlada por el Vietcong, empujados desde sus altavoces por la Cabalgata de las Valquirias de Wagner a toda pastilla. El primer blockbuster de arte y ensayo, según el crítico Juan Sanguino. 

Demasiado viejos para la Medicina, demasiado jóvenes para morir. En España nos vienen avisando desde hace décadas del problema que se nos viene encima con el envejecimiento de los facultativos de atención primaria y especializada, y la falta de reposición de recursos humanos en varias especialidades. Una advertencia convertida en la cruda realidad de demasiados centros de salud rurales y hospitales comarcales españoles. Aún pudiendo prolongar su vida profesional, a raíz de lo ocurrido durante la pandemia de covid-19, muchos compañeros han optado por jubilarse al cumplir los 65 años. Hace un par de semanas, en una reunión informal de compañeros, de repente todo el mundo estaba hablando de sus jubilaciones y de su capacidad para soportar la sobrecarga de trabajo. Parece ser que los controladores aéreos se jubilan obligatoriamente a los 56 años, y en casos excepcionales a los 61. La vida profesional de los pilotos de las aerolíneas comerciales finaliza a los 65 años, como la de los empleados de los servicios diplomáticos. Sin embargo, hay voces muy cualificadas contrarias a la discriminación laboral de los médicos por su edad, siempre y cuando de conserve la competencia profesional. Porque el concepto de envejecimiento es subjetivo y tremendamente variable. Y si no, que se lo pregunten al doctor Frank Stockdale, oncólogo de 86 años que todavía ejerce en la prestigiosa Universidad de Stanford. O al doctor Shigeaki Hinohara, fallecido en Tokyo en 2017, cardiólogo en ejercicio hasta los 105 años.

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