Opinión

Crónica semántica

Finalmente Mariano cumplió incendiando los ánimos con el anuncio de haber terminado con toda corruptela en el partido. Ni un corrupto en las listas, blandió en el aire cual Tizona, desafiando a quien demostrar quisiere en una justa la existencia de un solo imputado ocupando cargo público o hasta en las filas de su hermandad, maniobra indiscutible desde la entrada en vigor, el día 1 de enero, de la nueva normativa semántica respecto a los negocios judiciales, por los que aquellos a quienes un juez, realizando el procedimiento legal oportuno le atribuyere delito, cesan como imputados para pasar a ser “investigados”. Y claro, investigado puede ser cualquiera, con magistrado o sin él, a excepción de los querubines del jardín de infancia a los que se suma el 99,9% de la ciudadanía.


Pero que nadie se engañe, el PP no es el único en salir ganando: el exhonorable Pujol está de tal contento que de tan tieso que se tiene no le cabe una pajita en el culo, y es que desde el inicio del año ha transitado, junto a una buena parte de su familia, de la condición de imputado a la de investigado por la judicatura.


Justo en este punto el honorable en funciones Artur Mas también se frota las manos, porque de un plumazo ha transmigrado de imputado por sedición a simple investigado por tal de lo mismo, dándole alas para poner a la CUP contra las cuerdas so amenaza de que, o lo nombran presidente de Cataluña, o este mismo lunes planta las cerillas a los anteriores comicios renovando urnas para marzo, seguro de que la impunidad lo exonera de dormir en la cárcel de la corona cargado de cadenas.


En tanto esto acontence Valencia se incendia, camuflando entre el fuego de las fallas y el humo de las tracas a Alí Babá entre los cuarenta ladrones. Distinta suerte corrió el tesorero del partido, que del sitio de la Gürtel saltó a la batalla de Bárcenas, tomándose las de Villadiego el 22 de enero del pasado año, sin que Mariano volviera a remitirle bálsamo mediante paloma torcaz, animándo a Luis a que aguante por la causa. Mas que nadie se sienta burlado ya que no por ello queda sin oficio el alcaide, agradeciendo a Granados la deferencia de haber cubierto vacante para regir los destinos de la plaza de Estremera.


Pero si hay lección por todos aprendida del más que sonado Caso Malaya es que no basta con un facineroso, sino que es menester abundantes rufianes para saquear la hacienda. Por eso tanto imputado celebra con albricias haber mudado para sus vástagos a acayaz de donceles, marcando estilo y creando cantera de nuevos chupópteros en la cosa pública.


Así las cosas el más perjudicado es como siempre el pueblo, al que apenas le dejan por consuelo asistir al linchamiento de algún varón de alcurnia que colme su sed de atropello. Ronda el día en que a Iñaki le toca el banquillo para que la plebe pueda darse el riguroso baño de sangre. Después, imputado, procesado o investigado, cada mochuelo a su hoyuelo, y mientras tan triste lance acontece, el erario prepara la bolsa para incrementar el peculio del doble de senadores —en funciones y electos—, sin que, voto a bríos, nadie atine en qué cuitas anda la Camara Alta o Cementerio de Elefantes. España va bien, aunque como dijo el Estudiante de Salamanca, “y si, lector, dijéredes ser comento, como me lo contaron, te lo cuento”.
 

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