Opinión

Apesta

Si tienes ojos para ver, apesta; si tienes oídos para escuchar, apesta; si tienes dedos para tocar, apesta; si tienes boca para degustar, te apesta; si tienes olfato para oler, traga, y traga mierda. Pura sinestesia de ciudadano anónimo, normalito, ese que ve, escucha, palpa, degusta y huele otro asunto político de cloaca, otro más que está tocando submundo de lo bajo que anda. Apesta de trama corrupta. Y no me digan que es obsesión mía lo de ver mierda donde debía haber brillantina. No, es cosa que se palpa cada día, desde hace un montón de ellos, donde la falta de moral se extiende en proporción al mayor caudillaje de líderes políticos que dan cobijo, demasiadas veces, a una panda de disolutos listillos que, por bigotes, se ríen de la belleza minimalista y zen de otros, de los que no quieren saber nada de cambiar su dignidad humana por mejor coche o suizo cheque.


Han llegado ahora los primeros tufos de este otro estercolero que anticipa olor nauseabundo para la fe y esperanza en la representación pública. Porque ésta oculta, niega, y se enroca en poderes abducidos que algún día fueron independientes bajo influjo de un tal Montesquieu pero que en algún caso hoy andan algo castigados contra su propia pared. Trama amoral, provocada por ausencia de verdadero espíritu cívico social, que nada en las corrientes demagógicas más imbéciles, de gastadas que las tienen, acusando al fairy ético y delator con manidos, que si me miras mal por estar en el gobierno, que si me miras mal por estar en la oposición, el caso es que miras mal siempre, por capricho o envidia; así suelen defenderse de cualquier imputación por manifiesta evidencia.


Pero por mirar, miras para un partido, y miras para otro, y el pasado, presente y futuro, parecen lo mismo, con los mismos problemas de siempre, igual prepotencia y negando la mayor de su financiación; y es que tales partidos están formados por seres humanos, que siguen como individuos estando en exacto sitio. O peor, incluso, porque antes la prensa denunciaba los presuntos delitos y el político responsable maquillaba su responsabilidad adoptando alguna medida rápida, que hoy no, hoy parece que hasta que fallen sentencia, la mujer del César no tiene que parecer honrada sino puede ser la más puta de todas, que si no le has pagado con talón que pueda constituir prueba, pasa de todo y es la más fina de todas las gallinas. Mucha grandilocuencia de justicia, solidaridad, igualdad, libertad, fraternidad y todas las palabras terminadas en dad que se quiera, pero lo que asoma cuando florece el instinto básico es abuso de poder desde alcantarillas hasta tejados, asesores de tres al cuarto. Y a las tramas, más que tramas, hemos de ir si que remos saber la verdad de lo que se cuece en las cocinas del Estado de las taifas autonómicas.


Asoma Gürtel, y con su escándalo salta la sospecha de presunta financiación ilegal del Partido Popular, aunque por sospechar ¿alguien no sospecha aún del tipo de dudosas fuentes que dan de beber a nuestra partitocracia?; el método exacto no lo sé, pero que no es científico sino poético de la más baja ralea, apuesta y acertarás. Pregunto si con las blancas ayudas financieras del Estado, y cuotas de militancia, alguien cree sea suficiente para mantener tal aparataje; ¿queda ingenuo que aún piense, además, que estas cuotas teóricas son pagadas verdaderamente?; ¿serán repartos particulares, bajo cierta moral de tute jugado debajo de la mesa de contratos públicos y empresas amigas, los que lucran a partido y a ciertos caraduras que bajo careta militante excusan su petición de donación para el mismo, porque algo de eso siempre queda en su bolsillo? Y para rematar este cuento feo se levanta lo de siempre, esas faldas que traen por la calle de su debilidad amorosa a quienes no las ven en casa. Hoy putas ucranianas, mañana rusas o lusas, pero siempre mujeres que alguien compra porque tienen precio, para que el negocio con el pardillo de turno, que se cree listo, se cierre por cojones, de los de goce o de los de posterior y chantajista miedo.



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