Opinión

AUTE

Cuatro letras, un libro, agua y tras el cuerpo un lujo para ser sentido. Aute en el Liceo.


Gracias a la Miteu y el tirón de Leo Basi en el Auditorio la cosa resultó mejor por más íntima o poco público para tan gran artista. Gracias, pues, porque sin ellos y su resta, habría demasiada adición y quizás no encontraríamos espacio cómodo los relativamente pocos que disfrutamos del cantautor contemporáneo mejor que parió España, sin necesidad de que muera (uno de sus poemas dice que nadie es profeta en su tierra, hasta que muera).


Lágrimas en la cara de Montserrat Villar, su amiga poeta y presentadora del personaje, vertidas por su emoción y quien se siente poco a poco más cerca de su tierra, nuestra tierra, a la que siempre ha deseado volver. Admiración hasta la médula del salmantino Andrés, quien compone su vida con guión de letra y música de su maestro. Troitiña dejando escapar por sus ojos y la comisura de sus labios un encanto desbordado por cantar a su lado. Primera fila de protocolo, reservadas dos filas, Paco Postal en su lugar de vicepresidente.


Jose María Rielo me lo advierte, su poemario es demasiado; él lo ha visto en Asturias, a donde por cierto vuelve próxima y definitivamente, desgraciadamente para algunos que nos quedamos sin él. Las letras de los poemas son concisas, certeras, desmitificadoras de falsos mitos (ESPANHA, los muertos y no las muertas, el sexo, soy creyente); letras musicales, donde la o pudiera ser una cuerda, la b una nota, o la x un instrumento, que entran por emoción y humor más que por academia. Ríos de risa. Generosa entrega. Y la repanocha, música en vivo y directo, cual si fuera el amigo de piso que coge la guitarra y toca para nosotros. Al Alba acaba su actuación, desgraciadamente no alba de madrugada sino de canción, pues con Aute, su voz y su guitarra, quedaríamos gustosos muchos de no tomar esa noche nuestra porción de televisión.


Y hoy no quisiera hacer crítica alguna, si cabe un rozamiento, pues siempre los agradecimientos a personas cual si fueran las dueñas del sí o del no, que lo son pero no deben serlo, de las posibilidades; una cosa es ser educado o cortés, otra ser?, no digo más porque es una cagadita de paloma en un jardín de hermosura que nos trajo el Liceo con Aute.




Cata de Vino


¡Coño! no sabía yo que una cata de vino pagada por la Administración discriminaría al hombre, solo por tener ¡carallo! en román paladí galego, y menos que se hiciera desde una concejalía llamada de Igualdad. Me imagino que Igualdad la llaman desde este córner feminista de discriminación. Pero, ¿y qué pasa con la mujer metida en cuerpo de hombre; qué con el homosexual?, ¿quién lo encuadra y/o protege? Puta manía (o puto manía, no sea que me vayan por la literalidad y me frían) la de abrir más diferencias por culpa del sexo. A ver si también sacan algún estudio de quién abajo, quién arriba, para hacer el amor sin discriminación ninguna. Pues se lo beban ustedes bien, señoras, y sigámonos peleándonos con ejemplos tan edificantes como propio edificio.




Socorro


Ya le hizo el obituario Maribel. Y muy bien hecho. Pero yo también quiero recordarla, al haber encontrado esta foto que le hice en la calle cualquier día de un pasado que aún la tenía. Porque yo nunca la llamé para preguntarle nada de su tío abuelo Marcelo Macías ni de Vicente Risco, sino mi relación con ella fue de pura calle y dura, de vecindad por casas colindantes. Y siempre que nos cruzábamos, últimamente ya menos la verdad, una pequeña parada para charlar e interesarse siempre por mi madre, por su salud, para comentar las sencillas meriendas de los viernes con chocolate y churros que juntas hacían con otras señoras de siempre. D.E.P.

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