Opinión

Percepciones

Allariz-Allariz


¡Coño, parece que hay más agua!, me lo dice Andrés, pues hace unos días no había casi salto en el río, ahí, enfrente a La Fábrica, donde Gabi controla a los clientes como antes controlaba la cama elástica (campeón de España, ¡en tiempos!); al menos, el agua no sonaba rompedora hace unos días, como hoy. Es lunes, 12 de fiesta, y Allariz me recuerda días juveniles de Ourense, aquellos en que el sol reunía ambiente amigo en el parque, donde la conversación constituía el mejor aperitivo; me lo recuerda, porque he visto a alguna gente de Allariz que se encuentran para la charla mañanera y tomarse vinito o caña en la plaza del Concello. Ahí están, por ejemplo, Ciralla Caixagalego, Milucho Oro (esperando al hermano que cumplía los mismos años que cumplirá un servidor dentro de un mes, añada del 55), Alfonso Monxardín tío, Esther o Arancha.


Me llevó hasta la villa adoptiva del escritor Vispo la presentación de su libro en la villa, curiosamente en tan singular fecha de la Hispanidad presentado por anfitrión nacionalista y alcalde, Paco García, ejemplo de convivencia y buen tío. Acogió el acto la casa Fundación Vicente Risco, donde tuve la suerte de coincidir con Luis Martínez Risco, quien me hizo favor de guía por toda la recuperación del legado que el gran intelectual ourensano nos dejó y se encuentra en la casa. Todo el universo culto pensante que fue D. Vicente entra por los ojos a primera vista, al conservar tal cual gran parte de su material; hasta el despacho, incluso, donde destacan sobre la mesa las redondas gafas célebres que fueron tal vez las más caricaturizadas de nuestra tierra. Bajo llave bastantes dibujos valiosos. Y biblioteca. Pero la joya de la casa y Fundación, para mí, es el ejemplar manuscrito original que muestro, confeccionado por Risco y otros en el café Gijón madrileño, y digno de que lo reproduzcan, por ejemplo, como cuadernillo al alcance de todos, porque lo edite y distribuya gratuitamente una institución (esto sí).


Pero dejando de lado este logro cultural de Allariz, no callaré la grata sorpresa de ver tanto ambiente turístico por las empedradas rúas alaricanas, y que comporta pequeña crítica, pues no todas las Outlets estaban abiertas, y ya sé que el lunes es día de descanso, pero cuando es lunes festivo bien merece la pena el cambio del descanso a martes; simple sentido común comercial. La prueba de la alta ocupación es la vuelta que se tenían que dar al cruzar umbral de algún restaurante porque estaba ya completo, y no todos son particular Moncho (otro que no soy yo, Claro). Gentes venidas de fuera como Ángela Portero, que nos pasaba totalmente desapercibida si no fuera por José (este amigo que no puede negar ser hijo de añorado Pipo) que hizo prácticas en su agencia y nos advirtió de tan paseante famosilla. O como el trío mágico (llevan siendo amigas desde niñas) de mujeres enamoradas de Allariz, que no es la primera, ni la segunda, sino ya tercera vez que vienen de Madrid a pasar varios días a orillas del Arnoya, y que disfrutan tanto de la villa alaricana como Allariz de ellas, por su natural alegría. Ana, Leo y Carmen, tres mujeres agradabilísimas en tres días recorriendo románico y visigótico de Celanova, Santa Comba o Xunqueira Ambía, degustando mencía, empanada y muy buena compañía; tan bien se encuentran estas mujeres en Allariz que, si no fuera por los pacientes de Ibermutua que esperaban a Ana a primera hora del día siguiente, en lugar de a las seis de la tarde apurarían la vuelta al martes. Enhorabuena a personas como Arturo por fijar con tan buen pegamento guía/anfitrión a la tierra personas como éstas, educadas, cultas, e inquietas por nuestra historia; que copien los creativos de campañas turísticas, amabilidad e interés por dar a conocer lo mejor nuestro, y personalmente. Ahí les dejo el retrato de un momento de felicidad de las amigas, tan sencillo como el propio banco de madera que les da asiento en la calle.


Locales


Según soplan aires de propiedad o capacidad de iniciar un negocio, bien o mal para abrir y cerrar comercios. Hoy observamos locales en mudanza. Por ejemplo, en el Parque San Lázaro se mueve un rey de hamburguesas que entra en la pelea de ellas. Hay misterio de Rosa Clará en local de Curros Enriquez, parado desde hace meses, que asemeja ruptura de novia ante el altar. Más calle de Curros, y mesas, camas o sillas que dejan Calvo a, Seguros, una Catalana de Occidente (no iba a ser catalana de Oriente). Frente a mi ventana veo ya cerrada antigua y pequeñita perfumería Carita, inclinada ante la reforma de contemporánea y estupenda Cocó, tienda de complementos, que con gusto va de vicio. De otra medida, en este caso de ballena, antiguo Bricolage de avenida Buenos Aires, engullendo próximo bingo. Estos y otros, mudan actividad o dueño, en la pelea de un sueño por sobrevivir laboralmente; lo malo es cuando el sueño se convierte en pesadilla, y lo que se abre con esfuerzo lo cierra el mal momento; y a dejar hueco al siguiente, y vuelta al principio, el bien y mal por abrir y cerrar comercios.

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