Opinión

Percepciones

Aniversario


Otro más. Y van veintiséis desde ese compromiso, aceptado libremente y formalmente ejecutado ante un juzgado, que al cabo de dos años se vio incrementado por otro superior ante Dios y su Iglesia católica porque nos dio la gana espiritual, que no va con gana de moda y que por eso mola más. Pero, ¿por qué lo cuento?; tal vez porque hoy me apetezca contar la suerte que tuve un día al encontrarme con Paloma, y porque, como a esta boda primera sólo acudieron dos amigos de testigos, Carlos Hentchel y Suso Outeiriño, se o me lo debo, un ‘Sí quiero’ público. Más público que esta Stoa periodística, Paloma, pocas.


Un conselleiro de visita


Me encanta que nos vengan a dar guerra a la ciudad. En este caso vino el Guerra Javier, conselleiro de Economía e Facenda, que animó en la sede de la Confederación empresarial de Ourense a solicitar las ayudas que destina la Xunta para la mediana y pequeña empresa, y, sobre todo a los autónomos, para los cuales también parece que han dispuestos, además, otros servicios de apoyo. Bien que los necesitaríamos. Pues cojonudo, aunque las palabras dadas a los planes re-Brote y re-Solve a mí me mosqueen un poco, por recordarme otras homófonas en plural, poco añoradas por planas, como son brotes (de verdes) o Solbes (de ministro Solbes), que todas para usted, se las regalo.


Y como yo no entiendo de economía, de activos circulantes y demás Igapes, me he fijado simplemente en la foto de la mesa del acto en la CEO, donde observo junto a las autoridades autonómicas a los representantes empresariales de las pequeñas y/o autónomos, que, curiosa y precisamente, de pequeños empresarios o autónomos, nada de nada; léase, presidente Paco Rodríguez con Constructora, y vice Emilio Rial segundo de COREN. Esto es algo que ocurre siempre, que los grandes representan a los más pequeños pero mayoritarios, por otro lado objetos del deseo y atención de altos responsables políticos, léase conselleiro o director del IGAPE, que así parece que piensan en la gran mayoría. Paradojas.


La vía del tren


Me ha llegado el escrito de alegaciones. Por doble conducto, Fernando Martínez y Carlos A. Para su firma, que la plasmo con mucho gusto por creer que la estación del nuevo AVE (los que te van a coger -algún día- te saludan) debería ser soterrada y entrar más allá de las piscinas de Oira. Que no vengan con manidos presupuestos reequilibrantes, y que solo hablan de un edificio u otro, con cantinelas que actúan como ruido ante el silencio más elocuente. El más importante presupuesto tendría que ver con la estación de ferrocarril y el mejor acceso de entrada a la ciudad. Y es el momento. Porque lo que se vaya a hacer hoy no lo moverán después ni veinte Caitos juntos de alcalde en un siglo. Y a uno no le queda ese tiempo. Sinceramente, pienso que una estación soterrada es la única posibili dad de derribar ese muro virtual que separa dos barrios de nuestra ciudad y nos hace mirar de esperanza el futuro.


De los ríos, no me río


Y ya que estoy por el barrio del Veintiuno, no me río de los ríos, mejor dicho, de las calles con nombre de ellos. Calles Río Tamega, Río Arenteiro y demás calles con nombres de ríos del Veintiuno. Porque no es de risa el disgusto de alguna gente que lo habita, porque siguen pendientes de obras que han empezado pero no acabado. Y no será por quejas ya hechas por escrito en el Ayuntamiento, pues alguna he visto con mis propios ojos, por ejemplo la de ciudadana Elvira Laso. No puede ser que las baldosas no se repongan, los sumideros estén puestos después de los pasos de cebra, que se pongan losetas que después se levantan, etc. Solo resta decir que quien supervise al supervisor buen supervisor será.


Encuentro


Si no lo veo no lo creo. Los ourensanos que posan y el que tomó la foto, dos parejas que se encuentran en mismo hotel, de misma ciudad en mismo país, sin imaginarse ninguna que la otra estaría ahí. ¡Ah, me dirán ustedes, no es tanta casualidad encontrarse con alguien en algún viaje, en Estoril o Cáceres, porque casi todos coincidimos algún así! Pero si la ciudad no es extremeña ni portuguesa, sino Addis Abeba, de un país llamado Etiopía, allá por el continente africano, eso ya es distinto. Pues helos ahí a los protagonistas del caso: Monste, Paco y Belén, (Willy al aparato). Ver para creer.



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