Opinión

Percepciones

Los Suaves


Vimos a Barón Rojo ocupando espacio en los medios de comunicación por su vuelta a los escenarios, con clara carencia de pelos en alguno de sus miembros, pelos sueltos muy largos que daban la impresión de que fueran a caerse en cualquier momento. Pero para pelos bien puestos los de Yosi Dominguez, cantante de Los Suaves, canos de similar rock, que no vuelve porque jamás se ha ido, siempre en candelero, siempre renovando disco. Como el caso reciente de ‘Adiós-Adiós’, nuevo LP cuya letra manuscrita de la canción que da nombre al disco ha tenido el detalle de obsequiarme. Yo no sé lo que valdrá algún día, me imagino que valdrá la pasta que quiera y pueda pagar un fan por ella, que los hay fanáticos hasta decir basta o hasta conseguir la copia que ya me pidieron desde Madrid, más hoy vale el afecto impreso en ella, que es grande. Por ello, mi agradecimiento público y sincero. Como además de hacerlo público me parece un detalle curioso, quiero compartir con ustedes la primera página de las tres que completan la letra, bonita letra del letrista cantor Yosi; y un gato, siempre un gato.


Moxón


Inaugura este viernes Moxón una muestra de su trabajo en el Centro Cultural de la Diputación. Me alegro mucho por él, por su lenguaje particular y divertido que interpreta singularmente el idioma nacido de la madera. Moxón también es dibujante e ilustrador, y siendo de Montederramo no iba a ser otro más que él el ilustrador del libro que cuenta la historia de La Abadía de Santa María de Monte de Ramo que escribió Alberto Cacharrón. Xosé trabaja con la forma de la materia para sacarle la figura más idónea que se adapta a ella, como si no quisiera amputar más que lo justo la pierna de la idea. Les sugiero que vayan a verla, por lo atractivo de la ingenua sencillez que asoma, que como toda ingenua sencillez llega a una sencillez profunda, que diría el filósofo. No se arrepentirán, creo.


¿Lo quiere? Lo tiene


Así de contundente es el mensaje de una entidad financiera que te invita a que pidas un préstamo de hasta 1.000 euros, que es el caso de la clienta que me participa su carta recibida. Sin tener que dar explicaciones y sin presentar ningún tipo de documentación, ella puede pedir ese dinero para lo que le pete, aunque el pete sea un televisor moderno de 50 pulgadas para su piso de 50 metros, o un viaje a las Canarias en este tiempo de invierno en problemas. ‘Prés tamo Abono Inmediato’ lo llaman, y apodan ‘De Forma Fácil y Rápida’. Y yo me pregunto si con él vuelven ya las antiguas prácticas de los bancos que incitaban a consumir créditos como churros que no hubiera que vomitar después, y que han mandado a las cuerdas el anterior estatus financiero. Parece que pasasen ya página a la grave crisis que ha necesitado de un arrimar el hombro un Pasta Estado para no arrui narse. Seguro que los que casi hunden nuestra economía con su forma de incentivar el consumo son los mismos ejecutivos de millonarios subsidios que ahora idean cartas como ésta para que usted pique como exfumador en boda cuando la emoción del momento le pasa un purito de celebración. Anda y que les den.


Artemio


Salió hace días en el Vida. El testimonio gráfico de una comida que hicimos unos cuantos con Artemio. Surgió la idea en la calle, como es natural en el caso de él, pues la calle del Paseo es como el salón de casa para todos ustedes, en una de esas ocasiones en que Artemio te para porque estoy reuniendo algo. Con el habitual cruce de palabras surgió tal día el tema de su 60 cumpleaños, y tan redonda efeméride merecía una celebración. Así que mi asistencia la comprometí al instante, en el que Artemio insistió en invitar él, y en el ‘Xesteira’ (sin duda tendría que reunir algo más ese día). Pero, puestos a celebrar, no hay dos sin tres, ni cuatro, ni cinco ni seis, aunque la sexta persona no pudiera acompañarnos a la comida, su querida doctora. Sus tutores, Cabaleiro y Santalices, ya lo creo, dándole el brazo este último a su amigo Mayo, de la Once. Eso sí, el sitio fue cambiado, ‘Pata Negra’ para la ocasión, como también cambió de manos la cuenta a pagar, pues Artemio fue el convidado de los demás. Como era lógico. Y Artemio disfrutó, y le pidió a Santalices que le cambiara el peluco que éste le regaló; aunque le ha quedado un pequeño pesar de estómago, pues ‘moita moeda pra tan pouca fartura’, que dixo. Y eso que no pagó. ¡Que cumplas muchos más, estimado Artemio!

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