Opinión

Desde la playa

Estamos de vacaciones. La parienta y yo. Por la playa acostumbrada. Cerca, muy cerca de Ourense, pero al mismo tiempo demasiado lejos para no desconectar de la rutina del año, a dios gracias y a pesar de que la rutina es más rutiña elegida que ruta obligada por cierta educación orientada a que no falte de nada en tu vida. Y ¿qué es la dichosa ‘de nada’? En la elección de mi rutiña seguro que algo tuvo que ver mi padre, quien tenía claro el ganador final entre el ser y el tener; hoy cumpliría noventa años, o sea ‘tendría’ noventa años de vida, pero tal ver perdería parte del ser que fue hasta los sesenta y dos al perderse su mayor testimonio que ofreció al enfrentar la muerte tan joven; me recuerda en parte el caso de Sócrates, parecida serenidad en la aceptación natural y complaciente del tránsito, aun cuando la diferencia entrambos sea diáfana, por no haber escapatoria de la enfermedad mortal en el caso de mi padre, en la de Sócrates porque la cicuta estaba dada en el compromiso con su propia filosofía donde no cabía huida.

Desde la playa, tampoco la desconexión es total al seguir La Región, aunque sea a vuela pluma debido a la preferencia de otras lecturas imposibles en el día a día laboral; así pude leer el otro día al amigo y vecino del piso-página anterior, articulista José Carlos Fernández Otero, mencionar cierto compromiso que le metí en el cuerpo porque quiero presentar un libro en Lisboa. Y ya que el amigo me da pie, les cuento la razón. El libro en cuestión es el último publicado desde El Cercano (para el que no nos conozca y sin ningún tipo de pedantería, algo más que un café) del autor Santiago Lamas, ex psiquiatra e intelectual de Ourense que escribe libros tan interesantes como éste sobre lo que lee y piensa, que doy fe es mucho. Pues bien, en Teimas e Retallos, hay una parte dedicada a Portugal, país por el que el autor siente una estima superior, que divide en tres: Egas Moniz, uma biografía; LISBOA, notas dunha viaxe; Antonio Lobo Antunes. Parece, pues, lógico pensar en una presentación del libro en Lisboa por razones obvias, y en razón de contar con la siempre inestimable ayuda de un embajador particular como el propio Jose Carlos, quien me consta cuenta con amistades suficientes en la ciudad lisboeta como para que el viaje tenga su razón de ser, teniendo suficientes orejas para escuchar, ojos para ver, personas con interés por conocer lo que alguien de fuera piensa y siente sobre algo de ‘adentro’ que resume en cita de Juliette Lamber: “Nunca un pobo pequeño, agás o pobo grego, tivo una historia máis grande que Portugal. Grecia pechou para nós o mundo antigo; Portugal abríu para nós o mundo moderno...” He ahí la explicación, y a la espera de ciertos detalles espero la ocasión para concretar la cosa; de momento, ya ha sido comentado nuestro libro en el espacio de máxima audiencia de la TVI, Televisión Portuguesa Independiente, por parte del popular doctor Marcelo Rebelo de Sousa, quien probablemente sea próximo presidente de la República portuguesa, a tenor de las encuestas.

Bueno, pues como ven, aún desde la playa no resulta fácil desconectar con las cosas que hace uno en Ourense, pero ¡benditas cosas!, que tienen que ver con la procura del alma y de las que la lectura es ejercicio natural para ello. Aparte del paseo continuado, ¡qué bueno es andar!, y de un natural reconocimiento también a la quietud física, aunque no sea por zen sino por lo bien que se está tumbado en la cálida arena cuando hay sol, la lectura es vacación, y qué curioso que esta semana hayan sido dos libros los que me hayan proporcionado tanta compañía teniendo mucho que ver con la búsqueda y aceptación de uno mismo, ejemplos de que el éxito o fracaso no está tanto en conseguir ser candidatos por méritos propios a Nobel de literatura sino en hablar a tumba abierta sobre sus vidas, sea en circunstancias extremas de enfermedad como cáncer o alcoholismo, o António Lobo Antunes con Sobre los ríos que van y Per Olov Enquist con Otra vida. Saludos. 

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