Se va el papa, que lo será hasta el próximo día 28. Pero no glosaré hoy ni su figura, ni su talla intelectual, ni su labor pastoral... De eso se han encargado esta semana otros opinadores, mejor conocedores de su persona y más capacitados para esa labor. Bastará, por ello, con que deje aquí constancia de que Benedicto XVI ha sido, a juicio del arriba firmante, un buen papa. Un papa valiente, por decir más. Sin olvidar que la suya es una de las cabezas mejor amuebladas de nuestro tiempo y que de ello ha dado buena muestra en sus escritos desde mucho antes de ocupar el trono de Pedro e incluso de vestir la púrpura cardenalicia.
Pero, como decía, no es ese el tema de hoy. Este sábado he preferido llamar su atención sobre las enrevesadas teorías a las que ha dado pie la renuncia papal y a las que, a buen seguro, dará pie la elección del nuevo pontífice. Y no me refiero con ello a las opiniones de quienes sostienen que, junto al cansancio y a la enfermedad, ha podido haber otras circunstancias que han podido pesar en la decisión del Santo Padre. No me refiero a eso sino a otros comentarios, a cual más fantasioso y más ridículo, que ha desatado la decisión papal y que, con toda probabilidad, desatará el 'habemus Papam' del próximo mes.
Como era de esperar, los conspiranoicos apenas han tardado en encontrar y publicar las causas, hasta entonces ocultas, por las que el papa abandona su cátedra. Tantas y tan diversas que, de haber dado con un buen agente literario, habrían podido emular a Dan Brown y hacer fortuna como las Corín Tellado de los misterios vaticanos: que si quieren asesinarlo, que si es víctima de una lucha de clanes, que si patatín, que si patatán...
Así es la vida: las noticias serias acaban siendo ocasión para la risa y los hechos históricos lo son para la inanidad. Los mismos que sostienen que Elvis está vivo o que el hombre nunca pisó la Luna se afanan ahora en explicar la actualidad eclesial. Ignoran, según su costumbre, que, como sostiene el principio de la navaja de Ockham, la explicación más simple y suficiente es la más probable. Incluso para que un papa se jubile. Incluso para eso.
