Opinión

LA GOTA EN EL OCÉANO

Este jueves leíamos en estas mismas páginas que el número de personas atendidas por Caritas en Ourense ascendió el año pasado a 5.496 y que, si contemplamos la circunstancia de que muchas de ellas solicitan ayuda también para sus familias, los beneficiarios de la acción de la entidad católica habrían sumado 13.740. Unas cifras que triplican las del año 2007 y que esconden, a la vez que muestran, los dramas y las tragedias a las que ha dado lugar la crisis económica.


Uno cree que una noticia como ésta bien merece ser noticia. De una parte, porque nos recuerda la realidad, especialmente difícil, a la que se enfrentan a diario muchos ourensanos que, no muy lejos de nosotros, tienen que sobrevivir con poco o nada. De otra parte, porque nos demuestra que en los medios también hay cabida para la esperanza, ésa a la que invita la actividad de Caritas y de los que, de una forma u otra, colaboran con ella.


Habrá quien diga que todavía queda mucho por hacer y que aún son demasiadas las personas que viven en la pobreza. Algo cierto que, sin embargo, no desmiente el hecho de que hay quien hace algo por los demás y de que, gracias a su labor, hay personas cuya vida es, cuando menos, un poco más fácil. Y es que, gracias a Caritas y a tantas organizaciones e individuos que se dedican a ayudar desinteresadamente, es posible marcar la diferencia para esas personas. Y cada una cuenta, como sabía aquel joven que, en una playa cualquiera, arrojaba estrellas de mar al agua. Cuando alguien le preguntó por qué lo hacía, sólo acertó a responder: 'Porque el sol está en lo alto y la marea baja. Si no lo hago, morirán'. Su interlocutor le replicó: '¿Pero no te das cuenta de que hay miles y miles de playas y de que hay estrellas de mar desperdigadas a lo largo de todas ellas? No puedes hacer nada por ellas'. Pero entonces el joven se agachó, recogió otra estrella de mar y la arrojó al océano mientras decía: 'He hecho algo por ésta'.


Ya lo dijo la Beata Madre Teresa de Calcuta, probablemente el mayor ejemplo contemporáneo de entrega a los demás: 'A veces sentimos que lo que hacemos es tan sólo una gota en el océano, pero el océano sería menos si le faltara esa gota'. Tenía razón: el océano no sería el mismo sin esa gota de agua o sin aquella estrella de mar. Y la vida de muchos no sería la misma sin esos gestos solidarios que, como los de Caritas, quizá no lo arreglan todo. Pero arreglan algo. Incluso mucho.

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