Opinión

Agua: recurso turístico

Casi dos millones de euros son los solicitados, dentro de un proyecto europeo junto con ayuntamientos lusos, por los municipios de Ourense, Ribadavia y Castrelo para promover el agua como recurso turístico. A estas alturas, esta propuesta no debe sorprender ya que basta con pensar en toda una Exposición Universal, como la de Zaragoza, organizada en torno al líquido elemento.


La unión de ámbitos tales como deporte, turismo o salud en torno a varias bases náuticas de los ríos Miño y Limia supone un esfuerzo al que no debería perdérsele la pista. Su importancia radica en el hecho de que no se estanca sólo en tema del termalismo, que en ocasiones puede resultar limitado. Se trata de añadir elementos complementarios que aumenten su valor añadido y permitan llegar a un mayor público.


Para ello, se contempla como eje vertebrador el embalse de Castrelo de Miño. Así, la unión fluvial de los municipios implicados supone una idea interesante que, de hecho, se da desde hace años en capitales interiores de la Península con relativo éxito. Si a ello se le une la posibilidad de visitar el Barrio Judío, comprar los dulces de Herminia o practicar (o acudir como espectador) algún deporte en el Parque Náutico, la propuesta no parece nada descabellada.


Sin embargo, se debe señalar que aunque parezca una paradoja, a la hora de resaltar el agua resulta imprescindible no olvidarse de la tierra. En concreto, y pesa al notable esfuerzo de regeneración de la ribera del Miño de los últimos tiempos, el paseo fluvial actual termina en Outariz. Si se está pensando en comunicar Ourense con Ribadavia y Castrelo, acaso, ¿no sería buena idea que se pudiese realizar peatonalmente este recorrido? En el deseable caso que concedan el proyecto, quizá sobren algunos ‘cuartiños’ para esta idea. Seguro que muchos lo agradeceríamos...



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