Opinión

La crisis y las prejubilaciones

Una vez admitido que nos encontramos en crisis podemos ya centrarnos en cuestiones más importantes que la mera terminológica. Da igual si es crisis, desaceleración o frenazo económico: son ‘vacas flacas’ y eso nadie lo puede negar. Llegados, pues, a este punto existen dos ámbitos que la están padeciendo con un elemento común que es importante señalar y que nos repercute a todos. Se trata de la política y del sector financiero (especialmente la banca). Ambos se encuentran actualmente gobernados por personas que las anteriores épocas económicas críticas no las han vivido, sencillamente por cuestiones de edad. De hecho, a principios de los noventa, última etapa complicada que nos tocó vivir, muchos de nuestros gestores políticos y financieros estaban pensando más en cualquier otra cosa que aprender de lo que se estaba padeciendo.


¿Y dónde están los que hicieron frente a esos acontecimientos? Pues en muchos casos, por ejemplo en lo referido al sector bancario, se encuentran prejubilados por sus entidades que, para agrandar sus pingües cuentas de resultados, emprendieron una desbocada política en este sentido.


Ya lo decían los clásicos: ‘la experiencia es un grado’. Así, cuando va todo bien, quizá esto no se note, pero no ocurre lo mismo cuando el viento sopla en contra. La principal medida actual adoptada por el sector financiero consiste en una drástica reducción de los créditos concedidos, lo que habitualmente se conoce como ‘cortar el grifo’. Deberían saber que esto, de forma parecida a lo que ocurrió en su momento, no hace otra cosa sino incrementar más el problema. De estar presentes, y con poder de decisión, quienes vivieron estas circunstancias probablemente no actuarían así pero, para bien o para mal, así son las cosas en nuestras finanzas y nuestra política.



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