Opinión

Inflación

La inflación es de esos conceptos que, como las meigas, todo el mundo sabe que existir existe. Nos hemos acostumbrado a su presencia: todos lo meses escuchamos una cifra, distintas comparaciones e, incluso, nos atrevemos a dar alguna explicación más o menos convincente.


Sin embargo, lo ocurrido estos últimos meses, no con la inflación sino con los precios, se ha convertido, por méritos propios, en una clara preocupación social. De hecho, con su habitual retraso, parece ser que los responsables políticos han escuchado este clamor.


¿Acaso no es lo mismo la subida de precios que la inflación? Pues resulta que para la mayoría de nosotros, ciudadanos de a pie, no. La inflación, medida a través del Índice de precios al consumo (IPC) es un indicador estadístico que recoge las variaciones de una amplia cesta de bienes que afectan al conjunto de la economía. Esta selección es mucho más completa que nuestra cesta de la compra cotidiana. Y ésa, nuestra compra del súper, sí que ha subido mucho más de lo que nos muestra el IPC.


Además, parece que las perspectivas no son muy halagüeñas, lo cual vislumbra un horizonte poco optimista. Porcentajes de subida superiores a las dos cifras en menos de dos meses en productos básicos como la leche o el pan son señal de que algo grave está pasando. Ahora que está tan de moda hablar de rebajas fiscales, conviene recordar que la inflación es el peor de los impuestos, al afectar de forma más gravosa a las clases menos favorecidas.


Como siempre en economía, no existe una única explicación para esta circunstancia. No obstante, da la impresión de que muchos factores se han conjurado (o serán las meigas) para que al final, y como siempre, sea el sufrido consumidor el que pague.

Te puede interesar