Opinión

Más de economía

A hora que comienza la campaña electoral parece que uno de los temas estrella va a ser la economía. Y no faltan motivos para ello, aunque a uno siempre le ha parecido que es un ámbito que en la mayoría de las ocasiones se trata muy alegremente.


Sobra recordar que la economía nos afecta a todos y cada uno de los agentes, ya seamos familias, empresas o cualquier otro tipo de organización. Esto no es nada nuevo y lleva mucho tiempo siendo así, lo que sí se está convirtiendo en novedad es la dimensión y alcance de sus efectos. Así, toda actuación conlleva una serie de repercusiones económicas que, por su trascendencia, deberían ser analizadas (y meditadas) suficientemente con carácter previo.


A nadie se le escapa que tocan épocas de ’vacas flacas’ y todas estas cuestiones se vuelven todavía más importantes. Los indicadores económicos, o mejor dicho, su evolución muestra, cuando menos claros síntomas de cansancio. A esta circunstancia, llamada por algunos con el confuso término de ’desaceleración’, se le añade el hecho de que las expectativas se están volviendo claramente pesimistas. Y he aquí una cuestión clave puesto que éstas actúan como el verdadero criterio y motor a la hora de tomar decisiones.


Sobra recordar que la economía nos afecta a todos y cada uno de los agentes ¿Cómo remediar esto? Pues en primer lugar, habría que ser conscientes de que, igual que cuando se tiene una enfermedad, en necesario seguir una serie de pasos. Y digo esto porque sorprende escuchar (estoy pensando precisamente en nuestro periodo electoral) muchas cosas de las cuales no se ha hecho ni el más mínimo diagnóstico. Pero es igual, porque da la impresión de que en economía todo vale. Y me temo que así seguiremos hasta el momento en que los asuntos económicos sean tomados con la suficiente seriedad. ¡Una lástima!

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