Opinión

Empate en lo peor de la crisis

Faltan casi tres años para las elecciones generales y llevamos ahora dos años sumidos en las profundidades de la crisis económica, aunque es verdad que se atisban signos de recuperación. La mayor incógnita es el paro, que es lo que más importa a la gente, y ahí no se han cumplido las previsiones catastróficas tal como las formulaban quienes están deseando un hundimiento que les conduzca a no se sabe dónde. Esos augures esperaban y anhelaban un desempleo ahora mismo muy por encima de los cinco millones, y estamos en tres y medio en las cuentas del INEM, con mayo y junio descendiendo.En cualquier caso, de aquí a marzo de 2012 lo normal es que la situación haya ido cambiando sustancialmente, que la crisis económica haya sido sustancialmente superada y que las cifras del paro se hayan recuperado de modo muy notable. Ese es el escenario al que apuntan todos los análisis, tras constatar que lo peor de la crisis ya quedó atrás. Todo esto viene a cuento de algunas interpretaciones engañosas del último sondeo del CIS.


En el peor momento de la crisis y del paro, el PP sube solamente dos décimas en intención de voto, y se pone 1,2 puntos por encima del PSOE, pero porque éste baja un poco, no porque aquél suba casi nada. Sigue el empate técnico y cualquier variación hacia la mejora económica indefectiblemente se va a traducir a favor de las expectativas del partido del Gobierno: tres años por delante es mucho tiempo y las perspectivas sólo pueden mejorar. Yo creo que al PP ya le han perjudicado los grades escándalos de corrupción masiva, pero lo normal es que le perjudiquen mucho más en cuanto que esas cosas se aclaren más y haya condenas y en cuanto que la crisis deje de dominar el panorama como ahora lo hace. En todo caso, la nimia diferencia en intención de voto en este momento es una noticia mala para el Gobierno pero mucho peor para el primer partido de la oposición. El Gobierno Zapatero baja en popularidad, pero el PP y Rajoy están todavía más bajos: otro dato significativo sobre los sentimientos políticos de los españoles.



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