Opinión

Pues claro que viene de Irak

   Podría ser muy loable la actitud de quienes preconizan pasar
página del 11-M y mirar sólo al futuro, de cualquier partido que
sean. Pero la cruda realidad impone lo contrario. Cuando Zaplana y
otros exigían imprudentemente al Gobierno que dijera que Irak no fue,
aparece la segunda parte del famoso vídeo de los suicidas de Leganés,
que Telecinco colocó en nuestras pantallas. Es muy ridículo negar la
vinculación entre el 11-M y la participación española en la guerra de
Irak. Cualquier mente independiente estaba convencida desde el primer
instante de que tal vinculación existía.

   Pero es que había testimonios del terrorismo islámico tan
irrefutables como aquel vídeo de Bin Laden de octubre de 2003 que
anunciaban lo que iba a suceder y otros posteriores a los atentados
que confirmaban la autoría digamos intelectual, por utilizar tan
majadera expresión. En la propia sentencia hay indicaciones muy
elocuentes, en el tono que le corresponde, que no es el de hacer
política. Varios de los culpables de la autoría material ya habían
proclamado la autoría intelectual.

   Pero tal vez el vídeo de los suicidas que acabamos de conocer sea
el testimonio más impactante e irrefutable, como todos los lectores
han tenido ocasión de ver. Hablar del móvil de un crimen no es un
pecado. Ya nadie podrá negar que el móvil de los atentados del 11-M
no es la patraña aznariana de cambiar el Gobierno español sino la
venganza del terrorismo islamista por lo de Irak. Lo cual es
extensible al 7-J de Londres, por idénticas razones de participación
en la guerra de Irak del Gobierno de Blair.

   Que Zapatero y su Gobierno crean que no sería prudente por su
parte reconocer eso es una actitud comprensible, aunque es igual,
porque desde el PP siguen acusándoles de proclamar esa vinculación,
algo que no han hecho nunca. Pero los que no somos Gobierno tenemos
una menor exigencia de prudencia y una mayor de exponer la verdad y,
en este caso, de valorar en su justo punto el contenido del famoso
vídeo. Rajoy, Zaplana y compañía harían mal en persistir en absurdas
negaciones.

Te puede interesar