Opinión

RAJOY TIENE LA PALABRA

En una semana Rajoy se enfrentará a su destino personal y político, cuando tenga que decidir si acude o no al Parlamento para explicar la situación de extrema gravedad política en que se encuentran él mismo, su Gobierno y su partido. Si accede a comparecer, a petición del PSOE, sería en un pleno extraordinario que concitaría el supremo interés dentro y fuera de España. Si se niega, ya lo acaba de advertir Rubalcaba: los socialistas presentarían una moción de censura, lo que a mi juicio sería mucho peor para él y sus intereses. En cualquier caso, se han terminado las contemplaciones y el presidente del Gobierno dispone del plazo de una semana para tomar la decisión de su vida. Me temo que opte por no dar su brazo a torcer y se encuentre ante la moción de censura, que daría lugar a un debate mucho más duro y crispado, aunque no se defendiera él personalmente, cosa que la ley le permite. Mi consejo es que ceda a la petición de comparecer que le planteará el PSOE. Le convendría un gesto de flexibilidad frente a todo un historial de extrema impasibilidad.


Las cosas han llegado a su límite en el caso Bárcenas, que es el caso PP y el caso Rajoy. El partido y su presidente están en manos del ex tesorero ahora mucho más tras su décima comparecencia ante el juez Pablo Ruz, pero menos de lo que estarán en el tiempo que viene, pues Luis Bárcenas se dispone a dosificar cruelmente la exhibición de sus pruebas y documentos, lo que coloca a sus víctimas en una situación insufrible e insostenible. Todo esto deberían saberlo ellos, si es que no lo saben, para no haber actuado de la forma dontancredista y extremadamente torpe con que han actuado. En parte, uno entiende esa actitud defensiva ante su vana ilusión de la salida a través del imposible dejar pasar el tiempo y esperar a que escampe. Eso no vale ante la mayor crisis de corrupción de la historia de la democracia, ante la mayor perspectiva de corrupción de los más altos dirigentes de un partido, que afectaría incluso al actual presidente del Gobierno, a tenor de la artillería del extesorero. Rajoy tiene la palabra.

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