Opinión

Sin ánimo de molestar

Se dice que los hombres siempre perseguimos a la mujer que queremos conquistar y, sin embargo, los cazados somos nosotros. ¿No se habían dado cuenta? Un ejemplo, ¿la ratonera se mueve para cazar al ratón? No, y siempre lo consigue. Al ratón se la dan con queso. A los hombres también. No hace mucho tiempo, el cincuenta por ciento de las personas que contraían matrimonio eran mujeres. ¡Cómo cambia la vida!


¡Ah!, otra cosa. Los españoles sabemos que aquí, en nuestro país, no hay negro que gobierne, que mal pueden gobernar los negros en un país donde el hombre blanco se ve negro para gobernar.


Aquel hombre salió de un local que se llamaba 'hairdresser' y, después de pasar por una 'boutique', se metió en un 'snack-bar' y pidió un 'hot-dogs'. Estamos, naturalmente, en España.


Todo esto que les estoy relatando tiene su moraleja: 'La humanidad examinada hombre por hombre, es cómica'.


Yo no sé si a ustedes les guastaría llegar a vivir los cien años, pues, sepan que no hay nada más fácil. Se lo diré en verso. 'Si llegar a los cien años les conmueve, cuídense bien a los noventa y nueve'.


Nosotros, los hombres, nacimos en estado salvaje. Se habla mucho de la mujer como fierecilla domada, pero se trata de una excepción: los domados somos, casi siempre, los hombres. 'Los hombres: un milímetro por encima del mono y un centímetro por debajo del cerdo' (Pitigrilli).

En fin, que hay que conformarse y pensar que hay algo peor que encontrarse un gusano dentro de una manzana. Mucho peor sería encontrase sólo medio...


Siempre tener un reloj fabricado en Suiza era un lujo. En España, lo que era un lujo no era hacer relojes, sino horas.

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