Hace unos días fui al médico para decirle que tenía la impresión que estaba perdiendo la memoria.
-No se inquiete -me dijo el médico-, ¿desde cuándo le sucede esto?
-¿Desde cuándo qué?
Si de algo me arrepiento en esta vida no es de las cosas que he hecho mal, si no de las cosas que pudiendo hacer, no hice. Nunca sabré si las pude hacer bien o si, por el contrario, me habrían salido mal.
Por lo que veo en televisión y leo en los periódicos, resulta que robar al prójio ahora se llama ser hombre de negocios y morirse en una esquina, sin dinero y muerto de hambre, es ser honrado. Desde luego, yo debo de ser tonto, ya que también se dice que, hoy día, ser decente es ser tonto.
Hay quien me pregunta si mi forma de escribir, de no tomarme la vida en serio, tiene algún secreto. Ni yo mismo lo sé, pienso que tal vez sea una burbuja de humor que llevo dentro de mí.
Yo a estos políticos no los entiendo. Dicen que las pensiones de jubilación no podrán cumplir sus compromisos en el futuro, porque la gente vive ahora más años. ¡Qué cosa más terrible! ¡La gente ahora vive más! O sea, que una buena noticia es mala noticia.
Advertencia final: Represalia, aunque lo parezca, no es una antigua ciudad griega.
