Todos los países, todos los regímenes, tienen que optar entre dos cosas: la democracia o el desmadre. La democracia está bien, pero a mí me va mejor el desmadre, que es lo nuestro: los estudiantes por aquí, los tenderos por allá, los enfermeros por acullá, los actores por el otro lado y todo el mundo en danza. Yo diría que la democracia es una forma de dictadura con buenas maneras. La dictadura es una forma de dictadura con malas maneras. Por eso es mejor el desmadre.
La democracia es una cosa que les servía a los griegos para decir que las mujeres tenían menos muelas que los hombres.
La democracia es abierta, progresiva y progresista, o sea aburrida.
El país, en estos momentos, tienen que optar entre la democracia o el desmadre.
La democracia sólo conduce a sí misma, o sea a más democracia. El desmadre, en cambio, es lo que estamos viviendo ya, el cachondeo dentro de un orden, el desorden dentro de un orden; la cosa, vamos.
Cuando más divertido está el país es ahora. ¿Por qué conducirlo hacia la aburrida e igualitaria democracia?
En fin; finalizo con un consejo: al mar y a la política no conviene lanzarse en plena digestión.
