Opinión

Érase una vez...

Una ostra tan fiel a su fama que si la colocaban ante un televisor se seguía aburriendo.

Un payaso con tanta vocación que, al pelar cebollas, en vez de llorar, reía.

Un conjunto musical con tanto sentido de la responsabilidad que, antes de cada actuación, obsequiaba al respetable con un bonito estuche conteniendo dos analgésicos.

Un ayuntamiento tan considerado que, cada vez que inauguraba un aparcamiento de pago para 500 vehículos, solo suprimía 750 plazas de aparcamiento callejeras.

Un astronauta que los americanos enviaron al espacio con el fin de que retratase la Tierra. Pero la foto salió mal: alguien se movió aquí abajo

Un policía que le dice a un señor que acababa de tirarse a un lago:

- ¡Eh, usted! ¿No sabe que está prohibido bañarse en este lago?

- ¡Si no me estoy bañando! ¡Me estoy ahogando!

Un amigo que le dice a otro amigo: “Yo siempre que salgo de paseo con mi mujer la llevo cogida de la mano. Si la suelto se va de compras”.

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