Opinión

Hombres - Mujeres

Analicemos, así por encima, a estos dos mamíferos. Comencemos por el hombre. Las mujeres protestarán por esta falta de galantería. Pero yo no hago más que imitar al Supremo Hacedor, que también comenzó por el hombre. Y que Él sabía hacer bien las cosas, es indudable.

El hombre es muy bruto. Crece; a los once años va al colegio dando puntapiés a los botes vacíos. Más tarde trata a puntapiés a los libros. Se casa no sin antes haber tratado a puntapiés a la pelota de fútbol. Al casarse trata a puntapiés a la mujer y, por fín, un día, al ir a dar otro puntapié, estira demasiado la pierna, o sea, que estira la pata y muere.

Si es feo, se cree guapo; si lleva lentes, presume de listo, confundiendo la inteligencia con la miopía. Si es calvo, presume de listo y piensa: "He trabajado tanto con el cerebro", en lugar de pensar que la raíz de su pelo era muy pobre.

Ahora le toca el turno a la mujer.

La mujer española es graciosa, dan ganas de comérsela, aunque no es comestible. Claro que los caníbales se comen a la mujer y no sufren indigestiones. También se comen al hombre, que no hay quien trague, y les sienta de miedo.

La mujer al conocer a un hombre bizco exclama: ¡es bizco!; mas, si se entera que es millonario, rectifica diciendo: "Vuelve un poco el ojo derecho, pero eso le da gracia".

La Biblia dice que la mujer es la última cosa que hizo Dios; debió de hacerla un sábado por la tarde: se nota en ella una mano fatigada.

Según Alejandro Dumas, si en la vida de un hombre, sólo ha habido una mujer, ese hombre no conoce a las mujeres.

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