Sabido es que el BOE y el Quijote son los libros que menos se leen en España, aunque cueste reconocerlo. Yo creo que si Don Miguel de Cervantes lo escribiese hoy día, lo haría más o menos de esta guisa:
'En un lugar turístico de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme porque me metieron un pufo a la hora de pagar el almuerzo, vivía en un 'bungalow' con dos chachas y una sobrina más carnal que ósea, un lugareño delgado, que de tanto ver telefilmes, decidió imitar a los héroes que le habían sorbido el sexo. Empacó sus cosas y llamó a un vecino para que le acompañara. Juntos fueron en pos de aventuras.
Por el camino encontró a unos gamberros que le dieron una somanta de palos, vamos, que le dieron una soberana paliza. Así, maltrecho, llegó a una 'snack-posada', de esos locales que están abiertos hasta el amanecer, que diría Tarantino.
Una camarera más despechugada que otra cosa, le saludó:
-¡Qué gusto verte! ¿Qué deseas, majete?
-Quiero ver al dueño.
Al pronto acudió el propietario.
-¿Sabe dónde está mi Dulcinea?
-'La Patro' se está haciendo unas fotos en bikini para ver si la contratan para una serie de la televisión.
-¡Mientes, bellaco! -le gritó don Quijote, llevándose la mano a la culata de su revólver- ¡Saca tu primero!
-Haga el favor de abandonar el local. ¡Largo de aquí!
Don Quijote abandonó el establecimiento como equipo de fútbol goleado en su propio estadio.'
Y terminaría haciendo publicidad, que es como acaban todos los programas de la tele: 'Se traspasa dentadura postiza por no poderla atender'.