El recibo de la luz.- Para enterarse del aumento, hay que poner la calefacción. Claro que con ello se puede lograr que no la endendamos y prefiramos pasar frío.
Eso sí, la subida no afecta si usamos una cocina de carbón o leña, y que, en vez de encender la luz, utilicemos velas.
No obstante, nosotros seguiremos poniendo la calefacción y no usaremos velas.
El recibo del teléfono.- Para enterarse del aumento hay que poner una conferencia. Claro que con ello se puede lograr que hablemos menos.
Eso sí, la subida no afecta a los que, aunque tengan teléfono, no lo usan.
El billete de la Renfe.- Para enterarse del aumento hay que ir a la estación del ferrocarril y sacar uno. Claro que con ello se puede lograr que viajemos menos.
Eso sí, la subida no nos afectaría si viajásemos en 'tren stop'. No obstante, nosotros seguiremos viajando en el Alvia.
El precio de la gasolina.- Para enterarse del precio, naturalmente, hay que acercarse a una gasolinera para repostar de carburante, ya que el indicador nos dice que se nos está acabando la que tenemos en el depósito. Claro que con ello se puede lograr que viajemos más en autobús.
Eso sí, la subida de la gasolina no afecta a los que viajan en 'auto stop'.
Pero, a pesar de que suba el precio de la gasolina, nosotros seguiremos utilizando el coche, aunque sólo sea para ir de compras.
Bueno, ya pasó enero, indiscutiblemente el primero, hasta en acabar con el dinero. Con los Reyes vinieron las alegrías; cuando se fueron, quedaron los plazos.
No sé a que viene eso de llamarle 'el de las rebajas', si se nos hizo el más largo.
