Opinión

Once pares de botas

Hoy les voy a hablar de fútbol, no a petición de Lolita para su tía Teobalda en el día de su santo, sino porque me apetece y soy mayor de edad. Gracias. Como le gusta al Barcelona el juego horizontal, eso que llaman "tiki-taka". Por favor señores futbolistas, que las porterías están a lo largo de los campos y no a lo ancho.

¡Y que el balón no es un caramelo!

Lo digo porque algunos futbolistas cuidado que chupan. Esto me recuerda, y no me pregunten el por qué, aquel paisano que viendo pasar un tren exclamó: ¡Ordia! ¡Cuántos hórreos juntos y como corren!

Oído en el estadio. Le decía una forofa a otra:

-¡Chica -aquí citaba el nombre de un futbolista- cuando remata de cabeza está impresionante!

-¿Después del partido?

-¡Sí, mujer: en la ducha!

Diálogo en vestuarios:

-Míster, ¿en qué pie me pongo esta bota?

-En el derecho.

-¿Y la otra?

Tal y como se está poniendo lo del arbitraje, yo sé de más de un árbitro que están deseando si pueden arbitrar los partidos de fútbol desde casa viendo el partido por televisión.

Me imagino si sabrán que Julio Iglesias fue jugador del Real Madrid; le sigue gustando el fútbol, no hay día que no se ponga las botas.

Me despido con dos moralejas: No hace falta ser futbolista para jugar a la pelota. Hay cada oficinista...

El fútbol es una demostración de hipnotismo colectivo.

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