Creo que ya les tengo hablado en más de una ocasión de mi perro. Se llama Mon. Es tan inteligente que si alguien le da dinero, sale inmediatamente hacia el quiosco a comprar el periódico. Un amigo que quería ver una demostración le dio al chucho dinero. El perro salió y, al cabo de una hora, seguía sin volver con el periódico.
-¿Cuánto dinero le diste?- pregunté.
-Un billete de diez euros.
-Ahora me explico, cuando le dan eso se va al cine.
Hace unos días llegó a mi casa una vendedora de moquetas. Estaba rodeado de infinidad de ellas para que eligiese alguna. A pesar de las pacientes sugerencias de la vendedora, yo no lo tenía claro. Estaba mirando las muestras cuando mi perro se dirigió hacia una de ellas, se echó encima y se puso a dormir satisfecho. Mi decisión fue inmediata. Fue la que elegí. Ya es sabido que el perro es el mejor amigo del hombre. Por si no lo sabían, Mahoma prefirió cortar la manga de su túnica antes que molestar a su perro, dormido sobre ella.
Y es que la vida, sin un perro que te acompañe, sería más triste. Hay quién prefiere un gato. Cuestión de gustos.
También conozco a un amigo que tiene perro. Le llama 'Dos veces'. Para evitar preguntas comenta:
-Nunca acude si lo llamas una sola vez.
