Cuando estábamos en la tierna infancia nos enseñaron a conocer la hora en forma clara y directa. Eran las tres si la manecilla pequeña señala las tres, o las cuatro, o las cinco, o las seis, etcétera.
¿Cómo aprenderán la hora los nenes de hoy en estos modernos relojes sin número? Claro que a los mayores, acostumbrados a conocer la hora por la posición de las manecillas, no nos crea serio problema, pero… hemos de leer la marca del reloj para cerciorarnos de que éste está bien derecho y en lugar de las diez y diez no son las dos y media, ni las seis menos diez
¿Es que los números se han vuelto anticuados o resultan hoy vergonzosos?
Algo de simbolismo actual lo tenemos en los lavabos de las cafeterías, hoteles y restaurantes. Antes de meternos en uno de ellos hemos de descifrar figurillas estilizadas o interpretar el símbolo de una pipa refiriéndose a los hombres y el de un abanico para mujeres.
Si de verdad queremos vivir en una época práctica, hay que desengañarse: los números en los relojes y el “señoras” y “caballeros” en los lavabos, sobre todo en caso de prisa.
