De sol a sol, se pasa la vida; un día comienza y otro termina'. Con tanta monotonía acaba uno por aburrirse, y la vida resulta un verdadero sin ton ni son.
Yo ya lo tengo pensado: si mañana no me sale ningún plan que merezca la pena, me voy a tener que operar de apendicitis para pasar la tarde.
La vida de una mujer también suele ser bastante monótona. Toda mujer atraviesa por tres fases al paso de su vida: primero tiene novio, luego tiene un 'flirt' -algunas las hay que tienen más de uno-, y luego va y dice: '¡Pero cómo demonios pude yo haber estado enamorada de este hombre!'
Y, si no, que se lo digan a Renata:
-¡Vengo deshecha. La vida es un infierno. Un asco. Un verdadero asco. No hay más palabras que esa, asco!
Tampoco es para tanto, ¿no les parece? También hay otras palabras como música, edredón, ruiseñor...
Hace unos días me ocurrió una cosa singular. Llamaron a la puerta de mi casa. Abrí para ver quién era. Se trataba de un desconocido, le pregunté:
-¿Cónoce usted a los que vivimos en este piso?
-No -respondió.
-¿Y cómo ha venido sin conocernos?
-Menos los conocería si no hubiese venido.
-También es verdad -añadí yo.
Y deseándome un buen día, se marchó.
Está visto, la vida es una sucesión de sorpresas, vamos, una cebolla que se pela llorando. Siempre los mismos actores, siempre la misma comedia: enamorados, ambiciosos y los imbéciles. Los más felices son los imbéciles.
