Opinión

Desbloqueo

Parece, solo parece, que Rivera empieza a dar síntomas de sentido común y está dispuesto a abrir líneas de negociación con el PP, aunque de momento solo relacionadas con el techo de gasto, los presupuestos y la posibilidad de llegar a un acuerdo entre PP y Ciudadanos que dejen muy claro a los independentistas que de ninguna manera esos partidos aceptarán ni una sola iniciativa que ponga en peligro la unidad territorial.

Parece, solo parece, y ojalá se confirme, que finaliza el bloqueo institucional que lleva a este país directamente al desastre, con diez meses de gobierno en funciones y dirigentes políticos obcecados en poner trabas a cualquier posibilidad de negociar un gobierno futuro que pasara por mantener a Rajoy, lo que indicaba -de ahí la preocupación- una absoluta irresponsabilidad y, lo que es más grave, una no aceptación del resultado electoral, pues el PP de Rajoy ya ganó unas elecciones en diciembre, y volvió a ganarlas con más votos y escaños en junio mientras sus adversarios se venían abajo.

A ver qué ocurre finalmente con Ciudadanos, pero de momento da la impresión de que Rivera ha entendido el resultado electoral, lo asume, y se dispone a trabajar para sacar a país del atolladero, de manera que se ponga fecha a la sesión de investidura -Rajoy ni se plantea no presentarse a ella, aseguran en su entorno, aunque  no sea más que para poner en marcha el reloj que llevaría a unas terceras elecciones en caso de no ser investido-, y España recupere el  terreno perdido en estos meses, tanto en el aspecto económico como institucional e internacional. Y no está la cosa como para seguir con un gobierno debilitado por su situación de “en funciones”.

De Pedro Sánchez, mejor ni hablar. Su falta de responsabilidad es total, no solo respecto a España sino también  respecto a su partido, hoy destrozado por la política demencial de su máximo dirigente, que se está ganando el relevo a pulso. 
Desprecia a sus compañeros que piden que prudencia, realismo y que reconozca que con el resultado de junio no puede pretender operaciones  extrañas para convertirse en presidente, y desde luego desprecia a los gobernantes socialistas que le precedieron y piden claramente que asuma que no es su momento y entre en razón. 

Demuestra además que de estrategia política anda corto, porque si piensa que puede desplazar a Rajoy sumando los votos del PSOE con los de Podemos y los independentistas, entonces es que no ha dedicado  ni un  minuto de su tiempo a reflexionar que en esa improbable situación sería presidente pero no habría día en el que Iglesias y los independentistas le sacaran los colores con la amenaza permanente de no aprobar las decisiones del gobierno.
En fin. Los españoles no merecen este espectáculo. Ojalá la disposición al diálogo de Ciudadanos se transforme en algo concreto, positivo, que permita echar a andar,

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