Opinión

Desesperado

A ver, a Pedro Sánchez le importa lo justo quién va a ocupar la presidencia del Congreso, la prueba es que ha elegido como candidata a una persona que acaba de perder unas elecciones y no provoca gran entusiasmo. 

Lo que le importa es la votación que permitiría a Armengol ser elegida presidenta. ¿Por qué? Porque una vez constituidas las dos Cámaras, el Rey iniciará la ronda de consultas con los grupos parlamentarios para decidir el nombre del candidato a la presidencia del gobierno… y si Sánchez no ha tenido suficiente respaldo en la votación de este jueves para elegir a la presidenta del Congreso, el rey puede deducir con lógica que no cuenta con los votos para la presidencia del gobierno, y proponer a Feijóo para la presidencia del gobierno, pues es quien ha ganado las elecciones.

A Sánchez se le ve desesperado, no sabe qué hacer para ablandar el corazón de Puigdemont, de quien depende que pueda mantenerse en Moncloa. Para embaucarle ha elegido candidata a la presidencia del Congreso a Francine Armengol, que catalanizó Baleares durante su mandato, que es lo que ha provocado su fracaso electoral, además de los problemas económicos que sufren las islas. 

Es también la razón de que haya anunciado este miércoles que va a promover en el parlamento europeo las lenguas autóctonas, para intentar así conseguir los votos de los independentistas catalanes y los del PNV, que se resisten. Y es la razón de que haya acusado a Feijóo de presionar al rey para ser candidato a la presidencia del gobierno, cuando lo que dijo Feijóo hace unos días fue que, si el rey lo proponía para la investidura, aceptaría presentarse. Lo hizo, como así comprendió casi todo el mundo excepto Sánchez, para indicar que, al contrario de lo que hizo Mariano Rajoy cuando rechazó la propuesta del rey porque no contaba con los votos necesarios para ser elegido presidente, él estaba dispuesto a aceptar el reto aunque no tuviera todavía los votos, pero intentaría buscar los votos que le faltaban.

Este jueves se eligen las Mesas del Congreso y el Senado. A Sánchez se le reflejan los nervios en la cara, la sonrisa que lucía en la reunión con sus senadores y diputados se notaba forzada. Puigdemont le está poniendo las cosas muy difíciles porque mantiene sus exigencias de referéndum de independencia y amnistía, lo que un presidente constitucionalista no puede aceptar; el PNV no acaba de decidirse a dar sus votos a Sánchez y, por si fuera poco, Sumar ha saltado por los aires, porque Podemos quiere un ministerio para acatar la disciplina de voto, Izquierda Unido pide más poder a Yolanda Díaz, y Errejón también pretende un ministerio. Es decir, que los 31 votos de Sumar no los tendría garantizados Sánchez en su investidura.

En Moncloa se empieza a murmurar que habrá bloqueo y nuevas elecciones. En el PP también barruntan ese escenario.

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