Opinión

Lo que de verdad importa

"Lo de Cifuentes” preocupa, pero lo que de verdad importa, o al menos importa a Rajoy,  es todo lo relacionado con el caso Puigdemont. Lo cuentan quienes forman parte del equipo del presidente, los que cambian impresiones con Rajoy en profundidad sin temor a indiscreciones o micrófonos abiertos.

La situación era inmejorable a principios de semana,  cuando el fiscal alemán acusó a Puigdemont  de alta traición y  malversación. La impresión generalizada era que un par de meses la justicia alemana entregaría al ex presidente catalán y Puigdemont acabaría compartiendo prisión con sus ex compañeros de gobierno. Sin embargo la decisión del juez de  Schleswig-Holstein de decretar la libertad condicional de Puigdemont y  no admitir el delito de alta traición –el equiparable al de rebelión en España- echa por tierra la idea de que el independentismo, vía justicia alemana, recibía un golpe definitivo.

Para España se presenta un escenario  desagradable, pero también para la UE, con una veintena de situaciones parecidas a las provocadas por el independentismo catalán. Empezando por Baviera, donde un juez alemán, por cierto,  en su momento declaró ilegal las acciones de los grupos que pretendían la independencia de ese Lander. Sorprende por tanto que otro juez alemán mantenga una posición opuesta a la de su compañero ante el máximo responsable de un movimiento independentista catalán. Y sorprende también, y así lo han manifestado incluso expertos alemanes en cuestiones jurídicas, que el juez que lleva el caso Puigdemont haya decidido tan rápidamente, hasta el punto de que ni siquiera pudo analizar el informe del fiscal sobre las actuaciones que habían determinado las acusaciones de rebelión.

Para el gobierno español es situación desagradable porque se refuerza la estelada,  pero sobre todo porque la imagen de España  queda debilitado ante la UE. Se puede recurrir ante el Tribunal Europeo de Luxemburgo, pero difícilmente pocas veces se muestra contrario a una actuación de un juez, como explicaban los eurodiputados en la convención sevillana. La única esperanza es que el fiscal alemán presente recurso con pruebas tan concluyentes que  se rectifique la primera sentencia.

La convención  se celebra con más pena que gloria, aunque todos tratan de  expresar buen ánimo, Cifuentes sigue siendo el nombre más pronunciado en pasillos mientras en las alturas es el de Puigdemont, pero también las alturas miran de reojo a la presidenta madrileña.  Hay apoyo en público,  aunque más medido que los primeros días.  Que desde la convención se anuncie el apoyo  a la propuesta de Ciudadanos de  convocar una comisión de investigación es muy significativo: existen dudas sobre cómo realizó el master Cifuentes, y ninguna duda respecto a que ha gestionado muy mal el asunto, que está perjudicando gravemente  al partido. 

Lo único que les consuela es que creen que en el caso de que todo se ponga irremediablemente mal para la presidenta madrileña, presentará su dimisión para impedir que el daño al PP  se convierta en letal.

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