Nunca negó Juan Manuel Moreno que le gustaría ser el candidato a presidir el PP andaluz, y de hecho su nombre figuraba en todas las quinielas; pero en las últimas semanas los ojos se habían centrado en otras figuras que parecían tener más oportunidades. Saltó el nombre del secretario regional José Luis Sanz porque contaba con el apoyo de Cospedal y de Zoido, y trascendió que se habían abortado al menos dos operaciones para designarlo ¿Rajoy? Pues era evidente que Rajoy pensaba en otra persona. ¿Estaba detrás la larga mano de Javier Arenas? Pues posiblemente estaba, porque Arenas tiene habilidad política suficiente como para mover varios hilos a la vez, lanzar nombres para que salgan otros, o prestar apoyo a varias personas al mismo tiempo. Nadie puede dudar que Arenas sale fortalecido con la designación de Moreno, que es hombre de Arenas. Pero también lo es Sanz; o al menos lo era hasta que tuvo el respaldo de Cospedal.
En ese tipo de situación, el que tomó la decisión última fue el presidente de Gobierno, con el que Moreno trabajó estrechamente en la sede nacional cuando Rajoy estaba en la oposición. Como fue un colaborador importante de Soraya Sáenz de Santamaría cuando ella era portavoz parlamentaria y Moreno diputado.
La tarea que tiene por delante no es fácil si es elegido en el congreso que se celebra dentro de dos semanas. Debe lograr un consenso real, que hoy es solo de boquilla; tendrá que ilusionar un partido que Arenas dejó bien organizado pero que hoy sangra por muchas heridas, deberá dedicar un tiempo a apaciguar rivalidades, y necesariamente debe quitarse el tinte malagueño que le puede provocar recelos en otras provincias. Y por supuesto, es obligado recorrer Andalucía de forma exhaustiva, como hizo Arenas en su momento. Le ayudará Rajoy, como ayudó a Javier Arenas aunque ahora dispone de menos tiempo para hacerlo, pero el presidente sabe que sin un buen resultado en Andalucía no tiene fácil ganar las elecciones y mucho menos repetir mayoría absoluta, y va a dar el do de pecho para que el PP andaluz vuelva a estar unido y en forma.
Moreno tiene un rival importante, una emergente Susana Díaz que se está metiendo a la gente en el bolsillo. Pero más que ganar las elecciones andaluzas, que no se celebrarán hasta dentro de dos años, el objetivo ahora debe ser pelear por las municipales del 2015 y tratar de acercarse al espléndido resultado que tuvo su partido en la anterior convocatoria, de manera que en las generales de meses después los andaluces tengan una referencia sólida en el PP.
Sobre su futuro personal como candidato andaluz, ya tendrá tiempo de dedicarse a ello full time y tratar de desbancar a Susana Díaz cuando sea la hora autonómica. Lo que toca ahora es trabajar para Rajoy.
