Hay motivos para la preocupación. Los votantes de PSOE y Podemos se hacen lenguas sobre el “pacto de progreso”, pero la realidad es tozuda y detrás de las buenas palabras y el respeto a la Constitución que recoge el acuerdo -que tiene probabilidades de salir adelante- hay certezas que obligan a asustarse ante el futuro.
Ninguno de los dos “hacedores” inspira excesiva confianza. Se detestan abiertamente, lo que hace presagiar turbulencias en el nuevo gobierno si llega a buen puerto. Por otra parte en su trayectoria demagógica hay elementos inquietantes. Habría que ver si Calviño ampara unos planes de pensiones y de subida del salario mínimo interprofesional que pueden llevar directamente a la quiebra del Estado, o si los exjueces Robles y Marlaska están satisfechos de formar parte de un equipo con Podemos, o si los inversores confiarán en una España que no se muestra capaz de solucionar los desórdenes callejeros y bloqueo de autopistas, y que va a crujir a impuestos a quienes tienen más dinero que la media, en muchos casos porque han trabajado a destajo. O que permitirá ocupar las viviendas vacías sin respetar el derecho a sus propietarios legales.
Crucemos los dedos para que no se produzcan los malos augurios que provoca ese pacto que puede llevar a España a una situación crítica, más de lo que ya lo está.
Pacto entre perdedores, tanto PSOE como Podemos se han dejado muchos votos atrás en estas elecciones últimas. Es como si, ante el peor escenario, decidieran unir fuerzas para aprovechar la única ocasión que se les presenta para gobernar.
Un gobierno con Podemos dentro ata de pies y manos a un Sánchez que puede verse obligado por Iglesias a aprobar cualquier iniciativa por disparatada que parezca. Si decía Sánchez que pensar en un gobierno con Podemos le quitaba el sueño -si le pasa a él, que no pasará a los que no somos Sánchez-, ver ahora que promueve ese gobierno es para echarse a temblar. Lo que de verdad quita el sueño a Sánchez es verse fuera de La Moncloa.
Este martes el abogado del Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha dicho que Junqueras es eurodiputado desde el momento de su elección, con todos sus derechos incluida la inmunidad, aunque no haya cumplido los requisitos que marca la ley española de jurar la Constitución y recoger presencialmente su acta. Es probable que el TJUE convalide además la decisión de su abogado. Junqueras no podrá acceder a su escaño porque tiene una condena del Supremo, pero sí podría hacerlo Puigdemont, no condenado porque se encuentra fugados de la Justicia.
¿Va un gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias a presentar cara, juntos, ante ese gravísimo asunto? Recordemos: En Comú es la marca catalana de Podemos… y horas antes del acuerdo de gobierno de coalición, dio con sus vostos vía libre en el parlamento catalán a una moción para que se aprobara la autodeterminación.
