Opinión

Prohibido quejarse

Quejas de los que han votado a los partidos independentistas, ni una. Ni un lloriqueo de la ERC que lleva tiempo diciendo que Puigdemont ha perdido el norte; desde luego tampoco de Junts, que le ha hecho la ola al prófugo principal y a los prófugos acólitos; y desde luego ni una queja de la CUP, donde los hijos de la antigua burguesía catalana cambiaron su estética y su ética para enarbolar la estelada y aunque marcan distancias con Puigdemont han permitido con su abstención la investidura de un presidente títere que lleva a Cataluña a los infiernos. Los infiernos económicos y de ruptura social, del aislamiento internacional y del sentimiento de vergüenza que es hoy tan generalizado en aquellos catalanes que se caracterizaban por su cultura y su educación, y que con su esfuerzo convirtieron Cataluña en una de las regiones más prósperas y dignas de elogio.

Los que votaron independencia han elegido a un hombre que tiene más de payaso que de gobernante, hasta el punto de que se marcó como principal objetivo colocar el lazo amarillo en la fachada del Palau de la Generalitat. No tiene muchas ambiciones Quim Torra, se conforma con obedecer incondicionalmente a su promotor.

Rajoy, que se entrevistará con Sánchez y Rivera, debe cumplir con el mandato que aprobó el Senado y desactivar el 155 de forma inmediata. Por otra parte lo debe estar deseando pues solo así conseguirá que el PNV apruebe los Presupuestos. Pero, o mucho nos equivocamos, o en cuanto los PGE pasen el trámite parlamentario van a llover las iniciativas para neutralizar a un Torra al que cuesta llamarle presidente porque, él mismo lo ha dicho, el que manda está en Berlín. Entre esas iniciativas está reactivar el 155, porque cuando un fanático anda suelto hay que atarlo en corto antes de que cometa una barbaridad. Y Quim Torra es de los que la cometen, se ha visto en los días transcurridos desde que Puigdemont le designó presidenciable.

Coincide la elección parlamentaria de Quim Torra –hay que repetirlo, que no se rasguen las vestiduras ni se mesen desesperadamente los cabellos los que votaron independencia- con la noticia de que los servicios de inteligencia alemanes aseguran que el Gobierno de Rusia ha manejado a los independentistas para provocar la inestabilidad en uno de los países de la Unión Europea.

No sorprende, ha sido Rusia la que ha colocado en la Casa Blanca a un hombre que jamás habría elegido sin ayuda y que suma despropósitos debilitando la política exterior de Estados Unidos y potenciando la de Rusia. Este lunes lo ha demostrado trágicamente en Palestina e Israel, sin ir más lejos. Con rusos o sin rusos, los que votaron independencia en Cataluña sin pensar las consecuencias ni revisar la trayectoria personal y política de los llamados a dirigir esa independencia, han hecho la peor operación de su vida.

Porque con Carles Puigdemont Cataluña inició su declive, pero con Torra, directamente desbarra.

Te puede interesar