Opinión

Quien mucho abarca poco aprieta

Lo dice el refrán y alguien tendría que explicarle a Sánchez qué significa eso de quien mucho abarca poco aprieta. Pretende además juntar churras con merinas, por seguir con la sabia voz del pueblo, y generalmente no da buen resultado.

No todos los votantes de Ciudadanos brincaron entusiasmados cuando Rivera firmó su acuerdo con Pedro Sánchez, no es ningún secreto que Ciudadanos le debe casi todo al rencor hacia Rajoy de un número considerable de sus votantes. Por tanto su acercamiento a Sánchez gustó lo justo, porque la mayoría de los que le votaron porque no quieren ver a Rajoy ni en pintura, no sienten la menor simpatía por el PSOE. Pensaban que Ciudadanos se iba a mantener en una posición de centro derecha, no que iba a bailar el agua a Pedro Sánchez. Y ahora, con Sánchez decidido a captar abstenciones como sea con tal de convertirse en presidente, atraviesa líneas que los seguidores de Rivera no aceptan ni de broma. El primero en darse cuenta ha sido el propio Rivera, que ha torcido el gesto dando a entender a Sánchez que cuidadito con lo que hace no vaya a ser que el pacto dure lo que un merengue a la puerta de un colegio.

Este martes el secretario general del PSOE se entrevista con el presidente de la Generalitat, y solo se entiende ese encuentro estando las cosas como están, tan confusas, si Sánchez pretende algo más que un encuentro institucional con el presidente de la Generalitat, como por ejemplo debatir sobre fórmulas que no sean exactamente un referéndum ni una consulta soberanista pero que pudieran contentar a los independentistas y a los constitucionalistas, que es lo mismo que intentar la cuadratura del círculo. Como bien saben los que anteriormente habían intentado poner un poco de sentido común en el mundo de CiU, hoy llamado Democracia i Llibertat. Mundo al que no se le cae de la boca el término “desconexión”.

Además de verse con Puigdemont no se sabe bien para qué, Sánchez intentará reunirse con representantes de las “confluencias” de Podemos: En Comú, Compromis y En Marea. Si no fuera porque tiene unas siglas sólidas detrás, las del PSOE, podría pensarse que Sánchez es un político inexperto que representa a un partido recién nacido, porque no se entiende que pretenda la abstención de Podemos para su investidura y se dedique a meter el dedo en el ojo de Pablo Iglesias compadreando con sus afines para no se sabe bien qué. Sánchez riza el rizo: ha conseguido incomodar, al mismo tiempo, a Rivera y a Iglesias, los únicos dirigentes que hoy por hoy le pueden convertir en presidente.

Un apunte más, la inteligente pregunta de Javier Maroto: ¿Por qué Rivera no va a la cita de Sánchez con Puigdemont, pero sí tiene que ir a la de Sánchez con Rajoy?

Hay bastante disparate en la trastienda del “Pacto del Abrazo”.

Te puede interesar