Opinión

Recoger velas

El PP tiene un serio problema. Vox es duro de roer y ha puesto en primera fila de la formación a los personajes más intransigentes de su partido; los más difíciles de aceptar incluso para parte de los votantes de Vox que se sienten de derechas, pero no se ven representados en la línea de intolerancia impuesta por Buxadé y que Abascal acepta sin pestañear.

Situación complicada para Feijóo, que debía pensar que Vox es un partido con el que se puede hablar. No lo es, la prueba es que se ha carcajeado de sus posibles socios, del PP, colocando en la presidencia de los parlamentos de Valencia y de Aragón a dos mujeres que llevan su extremismo al punto de rebelarse ante principios que recoge la Constitución.

La extremeña María La Brava ha querido hacer un favor a su presidente recogiendo velas, decidida finalmente a iniciar negociaciones con Vox; lo que anímica y políticamente debe ser muy complicado para quien declaró que no daría un paso atrás en su decisión de no gobernar con Vox para cumplir así el compromiso que había adquirido con sus votantes.

Falta un mes para las elecciones y Feijóo va a tener que mover ficha porque su decisión de dejar que sus dirigentes regionales tomaran las decisiones oportunas para formar Gobierno ha sido una pésima idea. En Valencia se ha dado a Vox más poder del que merecía; tanto en Valencia como en Aragón deberían haber exigido a Vox personas menos tolerantes para presidir las cámaras parlamentarias, donde es fundamental la capacidad de diálogo y templar ánimos.

Mucha gente del PP, y votante del PP, está preocupada al ver que el PP asume lo que creen que no se debe asumir. Si no hacerlo supone perder algunos de los Gobiernos regionales que hoy están en manos del PSOE y el PP pretendía conseguir, pues se renuncia a ellos. Sería Vox el partido más perjudicado, porque a sus militantes no les gustaría que dieran continuidad a los socialistas cuando tenían en su mano mandarlos a la oposición.

En estas cuatro semanas ya puede hacer un esfuerzo el PP para recuperar el terreno perdido estos días. Porque lo ha perdido, lo apuntan los sondeos. Sánchez, el peor presidente que ha tenido España, que se pasea por televisiones y emisoras mintiendo como siempre, diciendo entre otras cosas que él no miente, y ofreciendo datos hipócritas sobre el buen uso que hace de los medios públicos, debe estar aplaudiendo con el espectáculo de las negociaciones entre PP y Vox. El foco ya no está puesto sobre él, sobre su gestión, sobre sus socios, sobre su mal Gobierno.

Más le valdría a Feijóo que imparta instrucciones a los candidatos que no han dado la talla y dejen de crearle problemas. Porque su papel ahora es hacer campaña, explicar el programa que pretende aplicar si gobierna, y señalar los males de su adversario. Donde tiene material para aburrir.

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