Opinión

Era post-indultos

La cultura de manos tendidas representa la diversidad y la riqueza de la Historia para estrechar lazos. Los lazos atan y los hay decorativos, de tope, de de pesca y ligados. Como sabe muy bien el presidente del Gobierno, los nudos marinos son imprescindibles en cualquier barco; pero siente que le faltan los de amor al propio barco. Y ahí reina la Semana Xacobeo 21-Madrid organizada por las Asociaciones y Centros gallegos, coordinados por José Luis Pardo. En ellos el estímulo de futuro es la tierra y el compromiso con la cultura heredada. La Plaza de Colón se llenó de gaitas, tradicionales y marciales, después de que por la mañana el alcalde Almeida hubiese puesto el pistoletazo de salida anunciando que este año será peregrino reincidente.

Clave y compás se dan la mano en los madrigallegos. Igual organizan una Semana Gastronómica en tiempos de resaca pandémica que dicen al mundo que Emilia Pardo Bazán está enterrada en Madrid y hay que visitarla. El maestro gaitero Fernando Molpeceres recomienda atemperar gaitas, que no es afinar sino el arte de mantener la presión adecuada en el fol. Todo un manual para que dar la mano no suponga quedarse sin brazo.

En esta era post-indultos, la luz enfatiza la bajada que el Gobierno hará del IVA mientras el deporte ocupa las cabezas futboleras y el verano ya está sentado. Son alivios para un país en el que desde el Tribunal Constitucional se pide apoyo social y el Consejo de Ministros dispone de las tablas de Moisés con los indultos que llegarán al despacho de Felipe  VI. Se hace abuso de la expresión “utilidad social” para justificar la medida de excarcelar a los que dicen representar el sentir de cientos de miles de catalanes, en vez de aclarar que se trata de una minoría del pueblo catalán.

Restaurar la convivencia resuena en las mesas de negociación y es anhelo de los españoles. Quedarían anulados los años de cárcel pendientes pero no la pena de inhabilitación por la que el líder de  ERC no podrá volver a presentarse hasta julio de 2031.

Desde Podemos festejan que el Gobierno baje el IVA de la luz, y no sabemos cómo tomarlo si recordamos que con los efectos de Filomena, en el mes de enero, el portavoz morado justificaba que no se bajara el IVA de la luz porque “las eléctricas ni lo notan y ello reduce la recaudación tributaria”.

Sin duda faltan luces que nos iluminen y sobran elucubraciones para resetear España. Suena, resuena y retumba; pero conlleva pingües posibilidades de éxito con un nuevo proyecto de país sin arrepentimiento de nada por parte de los que formarán el cambio. Los que reciben el indulto estaban disfrutando de permiso y ahora lo harán de la bajada eléctrica del 21% al 10 %; aunque promete ser sólo durante la desescalada.

Se acompañan estas medidas del adiós a las mascarillas. Traca final para iluminarnos a todos en esta veda abierta de pedir y se os dará, y más con gobiernos débiles. Es la era postindultos y trae lazos corredizos.

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