Opinión

Algunas fotos conflictivas

1933, republicanos en la fiesta inaugural de la Caja de Ahorros Provincial de Orense.
photo_camera 1933, republicanos en la fiesta inaugural de la Caja de Ahorros Provincial de Orense.

Hace ya un tiempo os enseñé unas fotografías de aquellas que se hicieron pero que “jamás” existieron. En aquella ocasión era una chica escasa de ropa, más bien escasísima..., de aquellas que las malas lenguas dicen que cuando venían a actuar a La Bilbaína se les ofrecía un sobresueldo muy jugoso por posar de esa guisa. Seguro que es un bulo y la foto, un montaje; nuestros abuelos, bisabuelos y anteriores para esas cosas eran muy “suyos”.

La otra imagen que os mostraba en aquella ocasión era de la directiva del partido Unión Patriótica (afín al dictador Primo de Rivera), que posaba en su ourensano salón social con su madrina y bandera. Como es lógico, al caer la dictadura pocos querían que se les identificara con el partido.

Pues casos similares son los que hoy os muestro. La mayoría de estas fotografías cuentan con un denominador común, el indicar de alguna manera una ideología, algo que lamentablemente no se pudo ni puede mostrar de manera abierta. Hoy por fortuna no te juegas la vida, pero siempre hay quien rápidamente te adjetiva.

Después de 40 años de dictadura, y principalmente en los primeros, fueron muchas las fotografías que por seguridad se destruyeron de todas las maneras posibles. Las pocas que han llegado a nuestros días -con demasiada lentitud, pero van apareciendo- han subsistido por haber estado en archivos oficiales, como es el caso de las de la masonería conservadas en la Biblioteca Nacional de Madrid, donde se encuentran muchas de las instantáneas de nuestro vecino Francisco Prieto Losada (primer fotógrafo que montó estudio en Ourense, por mis datos).

Hubo diversos motivos por los que esas imágenes se conservaron. Uno fue por ser de un acto oficial y de la que se hicieron muchas copias y fue imposible destruirlas, aunque también es cierto que en ocasiones no todos los que posaban necesitaban que se eliminara la imagen; su presencia en ella era únicamente por su trabajo, como es el caso de la foto de la inauguración de la Caja de Ahorros Orensana, donde muchos de los que aparecen son directivos de la caja viguesa que proporcionaron ayuda técnica para abrir la nuestra. Otra opción fue porque al haber sido publicada en prensa -como la del mitin del teatro Losada-, en cualquier hogar podía haber algún ejemplar. Pero el motivo más habitual de correr el riesgo que suponía guardar esa instantánea era el sentimental.

En mi archivo tengo al menos otras dos fotografías que, también condicionadas por la política, sufrieron algunos vaivenes: ahora se pueden mostrar, ahora no, ahora sí. Eran las que Pacheco sacó en su día en los lugares donde los miembros del Somatén hacían prácticas de tiro e instrucción (en el Campo Loña o en el patio del Cuartel de San Francisco, Campo de Aragón) cuando nacía la “unidad” a finales del 23. Fueron muchos los que se anotaron, al ser un excelente trampolín tanto social como político. Al llegar la República ninguno reconocía su pertenencia; a partir del 36 ya no tenían que ocultarse y, aunque no se hacía alarde, tampoco se escondía la filiación.

Pero casos como ese fueron frecuentes a lo largo de la historia con diferentes agrupaciones: los Caballeros de Santiago parece ser que existieron únicamente gracias a la “obligación”, ¿nadie se apuntó de manera voluntaria? Y a la OJE se iba forzado por los padres (?)... Son fácilmente entendibles esas actitudes y en muchos casos probablemente ciertas; en el tema de la organización juvenil era evidente que para muchos jóvenes suponía la única manera de poder disfrutar de unas vacaciones e incluso en muchos casos la primera oportunidad de conocer el mar para los ourensanos.

Hoy no mostraré imágenes de contenido sexual, pero estoy a un paso de conseguir unas cuantas, veremos… Lo que sí voy a contaros es alguna de las peripecias que el gran Gonzalo Belay me confesó hace ya tiempo. Lo primero es que la mayoría de vedettes de los 50-60 que pasaron por la ciudad (salas Bilbaína y Auria) venían con la intención de que él les hiciera el “book artístico”. Entre las chicas se había corrido la voz de que Gonzalo tenía una mano especial para ello. Aunque, según él, en muchas ocasiones sus ideas resultaron más que peregrinas: llegó a la ciudad para comenzar la temporada del 65 una espectacular belleza, para la que Belay planificó una sesión de fotos caída la tarde, en la entrada del túnel de San Francisco. Original podría ser, incluso el tema de posar con unas alas de ángel al más puro estilo Victoria’s Secret tenía su “aquel”, por no hablar de lo sugerentes que serían las fotos de la chica cubierta únicamente con una gran boa blanca. Ya durante la sesión, la pobre chica se quejaba del aire gélido que circulaba por el túnel, y ella, con la cobertura que llevaba, no estaba preparada para aquello. Lo peor fue cuando al llegar al estudio y proceder al revelado, otro inconveniente obligó a anular todo lo hecho y repetir al día siguiente la sesión en otro escenario. ¿Os imagináis las fotografías en esa ubicación, a esa hora y con esa ropa? ¡Ah, me olvidaba un dato fundamental: la artista era Monna Lisa, una espectacular belleza de ébano!

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