Opinión

PARTICIPACIONES PREFERENTES

Puede que, como aseguraban los viejos anarquistas, la propiedad privada sea un robo, pero, incluso así, más lo es robar la propiedad privada sin ofrecer el disfrute de la colectiva, que es, más o menos, lo que está haciendo todavía Bankia con las participaciones preferentes, esas inversiones 'perpetuas' que, mediante engaños (el principal, ocultar lo de 'perpetuas'), suscribieron centenares de miles de pequeños ahorradores. El Gobierno, que se ha hecho con Bankia con el dinero comunal, debería ordenar a sus actuales administradores la inmediata restitución de ese dinero a sus legítimos propietarios, en la seguridad de que, de hacerlo así, no solo dejaría de delinquir por apropiarse de lo que no le pertenece, sino que ese dinero empezaría a moverse, a fluir, favoreciendo con ello el consumo, la inversión, la producción, el empleo, la reducción del déficit y todo lo habido y por haber. Es más; seguramente parte de ese capital, cifrado en unos 4.000 millones, se quedaría en la propia entidad bancaria.


La cosa, ciertamente, está muy mala, usureros y especuladores se han hecho con el poder en Europa con unos cuantos golpes de estado, de estados, el gobierno colectiviza las pérdidas de la banca para asegurar la privatización de los futuros beneficios, pero al alivio de ese sindiós no contribuye, sino antes al contrario, el 'corralito' en el que han escondido, porque se ve que se lo han gastado en aeropuertos sin aviones, en bigotes, correas y urdangarines, los ahorros de toda una vida de la gente. Ordene el Gobierno, pues, la restitución a sus dueños de esa propiedad privada y nada 'perpetua' (en este mundo no hay nada perpetuo) que son las participacione spreferentes, y sepa que con la ejecución de esa orden dará un respiro a la propiedad colectiva, tan necesitada.


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