Opinión

Después de todo, todo ha sido nada

Seguramente que ya lo habrán notado, esto no es mío, es un plagio, simplemente. Así comenzaba aquel poema que el gran José Hierro titulaba “Vida”:

Después de todo, todo ha sido nada/ a pesar de que un día lo fue todo./ Después de nada, o después de todo,/ supe que todo no era más que nada.

Sencillo. ¿Verdad? Esto vale para todos, todas, todes y sucedáneos. Después de tantas intrigas, después de tantos discursos, promesas, gritos y mentiras, después de tantas guerras, tanques, tiros y misiles, después de tanta muerte, después de tanta mierda, después de todo, todo ha sido nada.

Sirve para todos, de acuerdo, pero en primer lugar sirve, o debiera servir, para todas aquellas personas que pretenden con entusiasmo y muchas veces con grandes dosis de fanatismo, organizarnos la vida porque ellos, y solo ellos, saben lo que hay que hacer para que no suban los precios de la vivienda o de los alimentos, saben lo que hay que hacer en temas tan complicados como la eutanasia o el aborto, dos formas de matar, de acuerdo, pero que antes, a nadie se le ocurría decidir sobre ello; eran cosas sobrenaturales, eran cosas de Dios, del destino o así. Pero ahora no, ahora estos iluminados/as tienen soluciones para todo, igual solucionan el cambio de sexo como el cambio climático, da igual, qué más da.

Tenemos un problema de vivienda, cuando gran parte del país está deshabitado, con miles de casas vacías que pueden tener todos los servicios, lo único que hay que hacer es trabajar un poco en ellas y rehabilitarlas (solamente la provincia de Ourense ha perdido más de 120.000 habitantes en los últimos cuarenta años que obviamente habitaban esas casas ahora abandonadas). El problema de la vivienda es solo en las ciudades, y más en las grandes ciudades cuando, con los medios que tenemos hoy en día, hacemos lo mismo en cualquier lugar: ver la tele, enchufarse al ordenador y al teléfono y ya, en otro nivel, el que quiera, leer o trabajar.

Pero. ¿No queríamos respirar aire limpio? ¿No queríamos escapar de la maligna contaminación, de las zonas densamente pobladas? Vente “pal” pueblo, Pepe. Aquí hasta los okupas, si no son gamberros, son bien recibidos. 

Y en las grandes ciudades el problema de la vivienda se solucionaría como se ha hecho siempre: construyendo viviendas a medida que se vayan necesitando, lo que tiene que hacer la Administración, sea la que sea, es colaborar, no entorpecer. La Operación Campamento lleva parada muchos años. En la calle Padre Damián de Madrid, una zona privilegiada cerca del Bernabéu, tiene el Estado bloqueado desde hace más de ¡veinte años! el mejor solar de la ciudad, creo que son cerca de 10.000 m2. Destinado, en principio, a un ministerio.

Ahí sigue. Como diría el Mouriño: ¿por qué?

 Si al final de todo, todo ha sido nada. Cierto, lo vas comprobando y entendiendo mejor con el paso del tiempo.

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