Opinión

Fuera de contexto

Perdónenme, pero tengo la necesidad de referirme a mi artículo del pasado martes, “Acuerdo entre el PP y el PSOE”, porque a un señor llamado Antonio, así, sin más, no le gustó nada mi referencia al que supongo será su líder político y por lo que se ve, entusiasta y tal vez fanático seguidor que, aunque no mencioné su nombre, era fácil deducir de que me estaba refiriendo al líder del partido Unidos Podemos, Sr. Iglesias.

Vaya por delante que a estas alturas de la vida, servidor no distingue ya entre izquierdas, derechas, de centro, progresistas, “regresistas” o cualquier otra calificación, cualificación, afiliación, o así, al que cualquier persona pueda estar “apuntada”, apoyar con el máximo fervor, votar a su líder con gran admiración, rezar a su dios con más veneración, tener el mayor éxito en su vida, o llorar con amargura sus desgracias. Nunca tendré en cuenta sus ideas, el deporte que practique, el equipo que abandere, ni el amor que le sublime; lo que sí tendré muy en cuenta, y trataré de escapar lo más rápido posible de su presencia, cuando la educación y el respeto mutuo no esté presente entre nosotros, y que su compañía no supere la tranquilidad y el remanso que tendría con mi “sole”, como dice mi amigo Arturo cuando le pregunto ¿Qué haces? Pues ya ves amigo, me responde siempre, aquí con mi “sole”, de soledad, obviamente, paseando por el jardín, consumiendo la vida y respirando sin cesar, porque hay cosas que puedes posponer, dejar para dentro de unos minutos, de una hora, de un día o de un año, pero lo de respirar, tate, que no se te olvide.

Pues el asunto es que ahora con este invento de las nuevas tecnologías, las tonterías, los principios, axiomas, preceptos, sentencias, o las chorradas que digas, ya no digamos que escribas, dios me perdone, quedan grabadas para la posteridad y de esta forma, si pones en el “ Google” una cosa tan sencilla como “El muro de Berlín y el Sr. Iglesias” , compruébelo, es muy fácil, te aparece un vídeo donde este Señor, en un ambiente veraniego y relajado, con un fondo de palmera sosegada, y con voz cautivadora y convincente, dice textualmente:

¿Eso cómo es posible? Por el miedo, incluso que una empresa se atreva a hacer una oferta como esa… y no le quemen el local, es el efecto político del miedo, la gente tiene miedo a que la desahucien, a perder su puesto de trabajo, a no poder pagar el colegio de sus hijos… y para que las cosas cambien, el miedo no puede desaparecer, el miedo es crucial; simplemente tiene que cambiar de bando. La clave para entender que existan estados de bienestar, que se paguen las vacaciones o las pensiones, que haya seguro de desempleo, es el miedo de los ricos al movimiento obrero, a la Unión Soviética, por eso, a pesar de las barbaridades que se hicieron en nombre del comunismo en la URSS, sin embargo la caída del muro fue una mala noticia para todo el mundo, porque quitó el miedo a buena parte de las clases políticas dominantes…”

Respeto por supuesto lo que dice, es más, muchas cosas las comparto, pero que se lamente por la caída del muro de Berlín, no es que no lo pueda compartir, es que no lo puedo digerir, tal vez esté fuera de contexto, de acuerdo, pero me temo que también esté fuera del tiesto, porque, como decía aquel torero, lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible.

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