Opinión

Habemus presidente

Por fin ya tenemos nuevo gobierno presidido, como era previsible, por Mariano Rajoy, otra vez. En este caso se cumple aquella tontería que decía nuestro premio Nobel, Don Camilo J Cela, de que el que resiste gana, pero ya digo, es una tontería, porque precisamente, de posturas intransigentes, de erres que erres, de no es no, de referéndum sí, o sí, de resistencias numantinas y de luchas hasta la muerte, estamos hasta los mismísimos. 
Precisamente, la convivencia democrática se basa en todo lo contrario, es decir, en negociar, pactar, proponer, ceder, alcanzar acuerdos , y lo único que se demuestra con los últimos acontecimientos es la estupidez de no haberlo hecho antes, de no ceder, de no alcanzar acuerdos por las poses intransigentes, de no acercar posturas, ya que lo que se ha logrado ahora podría haberse hecho tranquilamente antes, da un poco de pena pensar que nos hubiéramos ahorrado casi un año de broncas, elecciones, otra vez broncas y otra vez elecciones para al final, llegar a esto, a algo tan lógico como lograr un acuerdo que es lo normal, lo natural, lo democrático, porque en esto tan sencillo consiste la democracia, lo demás es la tozudez, la sin razón y la intransigencia cerril.


Pero no todo ha sido negativo en esta experiencia política, lo primero que me sorprende y me felicito por ello, es de lo bien que funcionan las cosas en nuestro país, sobre todo en este época de gobierno en funciones que nos hace dudar de la eficacia que pueda alcanzar el nuevo gobierno, el oficial, el auténtico, el de verdad. Ha sido toda una exhibición de lo bien que pueden nos pueden ir las cosas por aquí con un gobierno provisional, al menos estadísticamente.


 En primer lugar causa verdadero asombro el comprobar que de los 350 diputados que estaban presentes en la anterior investidura, no haya ninguna ausencia, que estén los mismos después de un agitado verano, con viajes desde los cuatro puntos cardinales de nuestro país y también al exterior, con un intenso y caluroso verano de por medio, con sus fiestas, comilonas, discursos, desafíos e impertinencias, es para presumir y felicitarnos, hay que ver lo bien que funcionan y que seguros son nuestros transportes, por tren, por carretera, por avión. Nuestra sanidad, ni un triste catarro. ¡Qué maravilla de país¡ Están todos los parlamentarios , no falta nadie desde el último intento de alcanzar un acuerdo de investidura.


Enhorabuena a todos, de verdad, felicito en primer lugar a los que han cedido, los otros seguirán “in eternum” con sus odios, con sus insultos, con sus no es no, con sus posturas inamovibles, con sus intransigencias, porque son los que tienen las cosas claras, también las tenía claras y además atadas, Franco. ¿Recuerdan?. Ya vemos lo que queda de tanta contundencia, de tantas verdades, de tantos juramentos, de tantos principios.
 Afortunadamente las cosas van funcionando, porque la gran mayoría de la sociedad está dispuesta a ceder el paso, aunque no exista un stop, ni una luz roja. Simplemente porque tienen la inteligencia suficiente para darse cuenta de que hay momentos en que cediendo se avanza. Los demás les da igual el stop, que la luz roja, lo que querían era que continuara el sarao.

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