Ante todo pido disculpas, aunque el término gilipollez está admitido por la RAE, a pesar de que los orígenes de la palabrita tenga connotaciones machistas (dice el diccionario: Dicho o hecho propios de un gilipollas, solo en masculino, eso, sin comentarios) reconozco que una persona culta, educada y con cierto prestigio, no la utiliza en toda su vida por muy dilatada que esta sea, pero bueno, uno tiene sus limitaciones, cantidad, y no se me ocurre otro término mejor en este momento para expresar lo que siento ante la reciente asamblea de líderes mundiales celebrada en Davos (Suiza) bajo el lema “The Great Reset” ( tengo que reconocer que en inglés, hubiera resultado mucho más fino el encabezamiento del artículo) auspiciada por el alemán, Klaus Schwab, que ha tenido una gran idea: La instauración de un modelo socialista mundial y sin fronteras, inspirado en el miedo que ha producido la tragedia del coronavirus en todo el mundo.
Siempre hay quien saca tajada de las miserias. Dice uno de los párrafos de lo que se le ha ocurrido al tal Klaus: “Un aspecto positivo de la pandemia es que nos ha enseñado que podemos introducir cambios radicales en nuestro estilo de vida con gran rapidez. Los ciudadanos han demostrado con creces que están dispuestos a hacer sacrificios… Es evidente que existe una voluntad de construir una sociedad mejor y debemos aprovechar para garantizar el “Gran Reinicio” que necesitamos con tanta urgencia” (Aprovechando el acojone, esto lo añado yo solito, sin consultar)
Siempre pasa lo mismo, de vez en cuando surge un iluminado, también en esto parece que hay exclusividad masculina, (para que después nos vengan con la igualdad, paridad y vecinos) que, de pronto. ¡Eureka! Descubre cómo solucionar los problemas de la humanidad. De momento, están volcados en lo del cambio climático, están convencidos de que es producido por la actividad humana y que si hacemos menos humo y quemamos menos fuel y carbón, cosa que nos parece muy bien a todos, lo van a solucionar, sin que nos expliquen por qué los mayores cambios climáticos que hubo en la historia de nuestro planeta se han producido con anterioridad a que los humanos lo habitaran y por tanto no hacían hogueras, quemaban gasoil, ni viajaban en los contaminantes aviones.
Supongo que otro día organizarán una cumbre, de algo hay que vivir, y muy bien, por cierto, para encontrar alguna solución para que no tengamos terremotos, volcanes o tsunamis, que de momento, no nos culpan a nosotros, pobres, de ocasionarlos, pero todo se andará.
Más adelante, tal vez aparezca algún genio que se le ocurrirá encontrar la fórmula de poder controlar las tormentas solares, las órbitas de los planetas, los agujeros negros, la trayectoria de los meteoritos, la inclinación del eje de la tierra, el cáncer, los virus y demás sistemas que tiene la naturaleza preparados en todo momento para eliminar vida sobre la tierra siguiendo su agenda de la que no tenemos las mínimas referencias. Podemos inventar cumbres, asambleas o agendas 2030 de todos los colores, pero ya sabemos para lo que sirven.
Está claro que hay cosas que podemos mejorar, los humanos, desde la noche de los tiempos, ha vivido tratando de superar los obstáculos con los que todos los días se encontraba por la mañana temprano. Siempre nos podemos preguntar lo que, con nuestros medios, con nuestras manos, con nuestro esfuerzo, podremos conseguir, y tal vez nos sorprendamos de la cantidad de cosas que podemos lograr, pero hay otras que no están en nuestras manos, no están a nuestro alcance. No debiera hacer falta enumerarlas, pero en tiempos de incertidumbre, tozudez e imbecilidad, vamos tener que ir pensando en hacer una lista.
