Opinión

La llamada del Rally de Ourense

Siempre será un misterio, uno más en esta vida de incertidumbres, profetas, salvadores y adivinos, el saber cuándo un niño o una niña descubren su afición por la música, por la lectura, el arte, el baile, el fútbol, por la parsimonia o por la velocidad. Unas veces, como pasa con la religión o la política, estarán influidos por su ambiente o por su familia, pero en otras ocasiones se apartarán totalmente de lo que han visto o de lo que han vivido, de lo que le han enseñado e incluso, de lo que le han inculcado, y a muy tierna edad, mucho antes de la que va a necesitar para poder votar, descubre que se siente atraído por una idea, por una vocación, por una ideología, o por una afición a un deporte, y dentro de éste, a un deporte tranquilo, como puede ser el golf, la petanca, la pesca o el ajedrez o, por el contrario, uno a tope de incertidumbres, vértigos y riesgos, como el que se va a encontrar, si se aficiona al mundo del motor, sobre todo, en su variante de los raid-rallys, que sabe perfectamente que le puede dejar tirado en un puerto helado a 20 grados bajo cero, en un barranco que le estaba esperando después de una curva casi a tope, o en un desierto solitario en una noche estrellada, en todos los sentidos, porque muchas veces da la sensación de que las aficiones no se eligen, nos eligen ellas a nosotros y nos van acompañar toda la vida hasta la última carrera, aunque en esta no hará falta inscribirse con antelación, nos estará esperando, porque va a ser con una silla de ruedas, preparada, eso sí, con una batería de iones-litio reforzada de 100 “estralos”, por lo menos. 

Amigo, como pasa con todas las cosas y circunstancias que te van a ir apareciendo detrás de cada curva o cambio de rasante en la carrera de tu vida, te encontrarás con cosas buenas y cosas malas...

Si me lo permiten, me voy a referir a un supuesto joven piloto (antes y ahora, hay pocas chicas en esta tarea, tal vez sea cierto aquello de que son más prácticas e inteligentes) que va a participar por primera vez en un rally, precisamente en el del próximo Ourense, en su edición 56 de este viernes, porque me recuerda, como si fuera ayer, cuando José Pavón y un servidor, salíamos desde la Plaza Mayor, en aquel precioso y fotogénico, pero no para correr por las carreteras, Austin Healey 3000 descapotable, en el primer rally de Ourense del año 1967.

Amigo, como pasa con todas las cosas y circunstancias que te van a ir apareciendo detrás de cada curva o cambio de rasante en la carrera de tu vida, te encontrarás con cosas buenas y cosas malas, personas, compañías, aficiones o dedicaciones que te ayudarán y otras que te perjudicarán, algunas veces, tal vez pocas, podrás elegir, pero otras veces, la mayoría, serán las circunstancias (soy yo y mis circunstancias, decía el amigo Ortega y Gasset) las que te marquen el camino y puedas sentir un deseo, un sentimiento o una llamada, como más te guste definir esa sensación, y desde ese momento, tu vida ya no será la misma. 

...contagiados por el entusiasmo del recordado Estanislao Reverter, nos vimos “ofrecidos” a volver, con el coche de casa, año tras año, a participar en este rally de Ourense...

De esta forma, los que en aquella época en la que prácticamente no había coches, nos aficionamos a los rallys, sobre todo en Ourense, contagiados por el entusiasmo del recordado Estanislao Reverter, nos vimos “ofrecidos” a volver, con el coche de casa, año tras año, a participar en este rally de Ourense, porque sentíamos su llamada, como las golondrinas sienten la llegada de la primavera, el motero la de su duna cantora, (por lo visto, algunas cantan sí, sí) o el peregrino que siente la llamada anual de su camino.

Amigo, esta afición tiene sus cosas buenas, en cierto modo, es el deporte que puede tener más aplicaciones en la vida diaria, nadie va nadando ni jugando al fútbol o al tenis a su trabajo, todos vamos conduciendo, pero como pasa siempre y en todas las cosas, tiene su parte negativa; te puede dejar tirado, simplemente, tirado en parajes insólitos, y entonces se terminaron las prisas y te pones a pensar que tal vez hubiese sido buena idea que Reverter se hubiese aficionado al golf, aquí siempre llegas, si no es con tres golpes es con siete, pero no te deja tirado como una colilla.

De todas formas, amigo debutante, si quieres terminar, sé prudente, pero, eso sí, a fondo.

 Suerte.

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