Opinión

Matar no es fácil, es facilísimo

Siento llevar la contraria al Sr. Vázquez Taín que acaba de presentar su libro titulado “Matar no es fácil” porque si no teníamos suficientas demostraciones a través de la historia, de los variados, abundantes y asequibles sistemas que tenemos los humanos para la eliminación de cualquier tipo de vida sobre nuestro planeta, los acontecimientos recientes de los atentados de París nos demuestran una vez más lo sencillo que resulta matar al prójimo, incluso divirtiéndose, como si de un tiro al plato se tratara, disparando contra todo lo que se movía en aquellos restaurantes y discoteca parisinos esos fanáticos asesinos que mezclan en su empanada mental el resentimiento y la fustración con unas supuestas connotaciones religiosas que les sirve para disimular las grandes dosis de imbecilidad que llevan en vena.

Supongo que el título del citado libro se refiere a que no es fácil matar sin que detengan al criminal o asesino, pero ese detalle poco le importa al que está disparando con su fusil kalashmikov y al mismo tiempo sujeta los pantalones con un cinturón de explosivos preparados para transladarles directamente a su imaginativo cielo.

Esta es la gran diferencia que tenemos los humanos con el resto de las especies que habitan nuestro sufrido planeta, que también se matan entre ellos, eso sí, pero en el mundo animal los enfrentamientos entre semejantes, en igualdad de fuerzas, son dramáticos y encarnizados, estos sí tienen difícil eliminar a su contrario, porque no dominan un cuchillo o un revólver, y cuando hay diferencia de fuerzas, no hay enfrentamiento, el más débil escapa rápidamente, no se le ocurre ponerse delante de un tanque, porque no son suicidas ni creen en paraísos.

Desde que Caín se hizo con la quijada de un burro para matar a su hermano Abel, el hombre se ha pasado la vida buscando herramientas, cada vez más sofisticadas, para eliminar a su vecino, no hace falta enumerar ni clasificar la gran cantidad de armas que cualquier ciudadano tiene a su alcance, en algunos países incluso te las envian por correo, para que el que tenga intención de cargarse a alguien, lo pueda hacer cómodamente y sin despeinarse.

De todas formas veo un poco exajerada la histeria colectiva de estos días, a todos los niveles, después del atentado que se acaba de producir en París. Hablar de gurerra en el país del Marne, Las Ardenas o Napoleón, no es de recibo. Yo creo que con estas cosas debiéramos reaccionar como si de un accidente se tratara, si tal, tendríamos que preocuparnos antes, para tratar de que no se produzcan, pero una vez acurrido, fin, un “xa foi”, un consuelo, y se acabó. Recordar y llorar a las víctimas, y mucha resignación cristiana o de la otra, pero cerrar museos, estadios y fronteras, me parece demasiado. Estos imbéciles terroristas se tienen que partir de la risa viendo los telediarios, bueno, los que no se han ido ya al paraíso con sus huríes que por lo visto le estaban esperando.

No obstante tenemos que reconocer que la reacción patriótica de los franceses ha sido admirable, da una cierta envidia, claro que ellos tienen la “Marsellesa” caramba, que, aún referida a una región- ciudad concreta, los franceses la consideran unánimemente como propia en todos el país, como el idioma, otra vez la envidia cochina. ¿Qué podríamos cantar nosotros que tan “unidos” estamos? Habida cuenta de que no hay manera de que encontremos una letra para nuestro himno, cosa que tiene sus ventajas, oiga, sobre todo fotogénicas, no hay peor imagen que la de una foto con la boca abierta, propongo que adoptemos al estilo francés, algo que todos sabemos, el “Asturias patria querida“ para todo el estado, nación, conjunto de naciones, regiones o lo que seamos. Porque algo seremos, digo yo.

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