Opinión

Negacionismo y confusión

Así empezaron los de la Torre de Babel, a base de no entenderse terminaron por consumar el fracaso. Por aquí vamos por el mismo camino, hablando, mejor dicho, gritando siempre las mismas chorradas, las mismas estupideces, terminaremos por no saber nada, conseguiremos alcanzar los más altos niveles de confusión, mezclando conceptos que no tienen relación alguna, cambiando el sentido de las palabras hasta el punto de confundir las cosas más elementales.

Cuando escuchamos, incluso en el Parlamento, llamarle negacionista del cambio climático a un señor o una señora, no quiere decir que estos diputados nieguen el hecho evidente de que el clima está cambiando, está claro que no llueve, está claro que hace más calor, el que discuta esto no es que sea negacionista, es que es imbécil o tal vez gilipollas, como más le guste. Lo que realmente están negando es que los humanos tengamos en nuestras manos el poder evitarlo, por la sencilla razón de que estos cambios climáticos, y mucho más extremos y dramáticos, han existido siempre en nuestro sufrido planeta Tierra. Lo que niegan los negacionistas no es el cambio del clima, lo que dicen es que este cambio no es culpa de la actividad de sus habitantes. Parece sencillo el razonamiento, no somos culpables porque estos fenómenos meteorológicos son anteriores a la existencia de los seres humanos en nuestro planeta. No hay más preguntas Señoría.

Todo el problema viene del diferente nivel de inteligencia de los humanos. Estas diferencias son evidentes, aquí no hay negacionismo que valga, lo que pasa es que esto que, a simple vista, no debiera ser un problema, viendo los acontecimientos, lo es, porque comprobamos que esta gente inteligente y preparada, que termina por creérselo y llegar a pensar que ellos (casi siempre son ellos, reconozcámoslo, aquí no hay paridad) son capaces de solucionar todos los problemas para lo que no dudan en planear agendas, organizar contubernios y si hace falta, incluso guerras, para implantar un nuevo orden, mejor dicho, su nuevo orden, que al final resultó una cagada. La gran cagada de siempre.

El mejor ejemplo lo tenemos actualmente con Putin. El prototipo del homo sapiens ideal; se le ve preparado, física e intelectualmente, seguro de sí mismo, y este es el gran problema, que está seguro de sus decisiones, no duda, pero ¿qué ha pasado? Pues muy sencillo, que es inteligente, por supuesto, pero el problema es que su nivel de inteligencia no ha sido suficiente para calcular las consecuencias que iban a tener sus decisiones. 

Esto pasa a todos los niveles, pero se nota más en los dirigentes que, unas veces por ignorancia, otras veces por ingenuidad y otras por mala leche, simplemente, toman decisiones que no son las más adecuadas para solucionar nuestros problemas.

Por esto tengo la esperanza de que la inteligencia artificial (IA) venga en nuestro auxilio lo antes posible y nos ayude a encontrar las soluciones que nuestra escasa inteligencia natural no nos proporciona. Tampoco lo veo tan difícil, volviendo al caso de Putin, si con los avances tecnológicos que tenemos en la actualidad, antes de invadir Ucrania, organiza una especie de simulador, un programa informático al que aportaríamos todos los datos que sabíamos se iban a producir, tal vez no hubiera tomado la decisión que, pase lo que pase, viendo los miles de víctimas y los grandes desastres ocasionados, es un fracaso.

Algo parecido, ahora que llegan las elecciones, tendríamos que hacer para acertar a la hora de elegir a nuestros representantes políticos. 

Pero eso es otra historia.

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